La compañía aérea British Airways anunció este viernes una pérdida neta récord de 425 millones de libras (620 M de dólares, 490 M de euros) en el año fiscal que concluyó el 31 de marzo, pero prevé volver al equilibrio este año, pese a las huelgas y a los efectos del volcán islandés.

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Esta pérdida, la más abultada que registra la aerolínea británica desde su privatización en 1987, es inferior a lo que preveían los analistas, pero representa un aumento del 18,7% con respecto a los 358 de libras que ya perdió en 2008/09 a consecuencia de la disminución de la demanda durante la crisis.

Este resultado incluye el costo de una huelga de siete días que el personal de cabina de British Airways llevó a cabo en marzo pasado, que la empresa estimó en unos 43 millones de libras.

La aerolínea señaló, sin embargo, que su objetivo era volver al equilibrio este año y subrayó con satisfacción que logró compensar la caída de 11% de sus ingresos, a 7.994 millones de libras, mediante drásticas medidas de ahorro.

“Este es nuestro segundo año consecutivo de pérdidas récord pero nos anima el hecho de que, aunque nuestros ingresos se redujeron de 1.000 millones de libras, también lo hicieron nuestros costos”, declaró en un comunicado el presidente de la compañía Martin Broughton.

British Airways, que se prepara para fusionarse con la compañía española Iberia a finales de año, logró estos ahorros principalmente gracias a la caída de los precios del petróleo, que redujeron los gastos de carburante en unos 600 millones de libras, y a un plan de reestructuración con supresiones de empleos que aportó otros 390 millones de libras.

British Airways precisó que redujo su plantilla en casi 3.800 personas durante el pasado ejercicio, hasta un total de 37.600 empleados, lo que representa una disminución del 9,4%. Desde 2008, suprimió 6.000 empleos.

La compañía expresó optimismo con respecto al presente ejercicio, e indicó que buscaba un equilibrio en el resultado bruto, y un crecimiento del 6% de sus ingresos gracias a una “mejoría” de la actividad, principalmente en la actividad de carga y en los vuelos de negocios transatlánticos..

Pero el año no podía haber empezado peor para la compañía, debido a la parálisis provocada a mediados de abril por la nube de cenizas procedente del volcán islandés Eyjafjöll, que afectó especialmente al Reino Unido y le obligó a cerrar su espacio aéreo durante prácticamente una semana.

La nueva huelga del personal de cabina de British Airways no debería arreglar las cosas. El primer paro, de cinco días, comenzará el próximo lunes, y podría ir seguido de otros dos de la misma duración a partir del 30 de mayo y del 5 de junio si no se resuelve la agria disputa que dirección y sindicato mantienen desde hace más de un año.

“La vuelta a la rentabilidad requiere cambios permanentes en toda la compañía y es decepcionante que el sindicato que representa a nuestro personal de cabina no lo acepte”, declaró el consejero delegado de British Airways, citado en el comunicado.

Si se confirman los 15 días de huelga, la aerolínea podría hacer frente a una factura estimada en 100 millones de libras, pese a que anunció planes de contingencia para hacer volar a “más del 70%” de sus clientes,

Lo que sí debería ayudar a la recuperación, es la fusión con Iberia, que según Walsh está camino de completarse a fines de este año, según lo previsto.

Esta fusión, que dará nacimiento al segundo grupo europeo en términos de capitalización, permitirá a British Airways e Iberia competir en mejores condiciones con otras aerolíneas y ahorrarse unos 400 millones de euros anuales a partir del quinto año de operaciones.

La compañía británica espera paralelamente este verano la luz verde de las autoridades de competencia a un acuerdo de asociación con American Airlines para los vuelos transatlánticos”.