Universidad Católica sufrió más de lo debido para derrotar a Universidad de Chile por 2-1 en el prinicipal encuentro de la fecha 15 del Torneo de Primera División, jugado esta tarde en Coquimbo.

El sufrimiento se lo generó el propio conjunto cruzado, que demostró un inusitado volumen de ataque, ya que generó, al menos, quince oportunidades de marcar frente a la portería de Miguel Pinto y hacían pensar que el pleito tendría una rápida resolución. Pero Milovan Mirosevic, Juan José Morales, Jorge Ormeño, Damián Díaz, Fernando Meneses y Francisco Pizarro, pese a visitar reiteradamente la valla del dueño de casa, fallaban irremediablemente en la puntada final. Sólo Marco González, con golpe de cabeza, abrió el tanteador en el cierre del primer tiempo al cabecear un servicio libre desde la derecha.

En la segunda fracción continuó la primacía cruzada ante una escuadra azul que jugó pensando en Flamengo, rival laico la próxima semana en Río de Janeiro, y exhibió muy poco ante una inspiradísima Católica, que marcó el segundo por intermedio de Milovan Mirosevic, quien transformó un penal generado tras una mano de Mauricio Arias.

Sólo el ingreso de Juan Manuel Olivera le trajo algo de profundidad al ataque de los dirigidos por Gerardo Pelusso, lo que se vio reflejado en el descuento anotado por el uruguayo sobre el final del cotejo.

Universidad Católica llega a 27 unidades, a cinco del líder Colo Colo y a uno de su rival de esta tarde, pero lo que más destaca de lo visto hoy fue la reunión de los jugadores en el centro del campo con Marco Antonio Figueroa, quien les entregó algunas palabras de aliento. Sólo el tiempo dirá si es la despedida o el anuncio de la continuidad.