El papa Benedicto XVI aceptó este jueves la renuncia del obispo irlandés Joseph Duffy, quien aceptó haber encubierto en el pasado un caso de pedofilia en su país.

La renuncia fue aceptada oficialmente por motivos de edad, ya que el obispo, de 76 años, supera el límite de edad para la jubilación (75 años), según informó la oficina de prensa del Vaticano.

Duffy, de la localidad irlandesa de Clogher, reconoció en marzo pasado que no quiso denunciar a finales de la década del 80 a un sacerdote acusado de pedofilia a pedido de los padres de las víctimas.

El obispo formó parte del grupo de religiosos de ese país recibidos en febrero por el Papa en el Vaticano tras la publicación de dos informes oficiales que revelaban el encubrimiento por parte de la jerarquía de la Iglesia católica de ese país de numerosos abusos sexuales cometidos por sacerdotes a niños.

Con la nueva renuncia, Benedicto XVI prosigue la limpieza de la Iglesia de Irlanda tras los escándalos que estallaron a inicios del año y que provocaron la primera carta pública de disculpas de un pontífice.

El Papa designó para reemplazarlo en la diócesis de Clogher, a monseñor Liam McDaid, quien ejercía hasta ahora como secretario.

Benedicto XVI aceptó la renuncia también del obispo auxiliar de la diócesis de Derry, Francis Lagan, quien se jubila por superar los 75 años.

Hasta ahora, seis obispos y auxiliares irlandeses involucrados en las investigaciones han presentado la renuncia a sus cargos, de las cuales cuatro ya fueron aceptadas por el Papa.

La cultura de la ocultación fue acatada durante décadas por los clérigos hasta que en 2000 estalló un grave escándalo de pedofilia en Estados Unidos, que fue seguido por otras denuncias en varios países de Europa e incluso en Brasil y Chile. Los casos llegaron incluso a salpicar al propio Benedicto XIV, acusado en Alemania y Estados Unidos de haber encubierto esos delitos.