El presidente de Cuba, Raúl Castro, encabezó este sábado un multitudinario desfile por el Día de los Trabajadores, como demostración de fuerza frente a Estados Unidos y la Unión Europea a los que acusa de “injerencia” por sus críticas sobre derechos humanos.

Raúl Castro | Cubaliberal.org

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Vestido de guayabera blanca y sombrero campesino, el general Raúl Castro, de 78 años, acudió al acto en la emblemática Plaza de la Revolución, corazón político de la isla, acompañado de la máxima dirigencia del gobernante Partido Comunista (PCC, único) y de las Fuerzas Armadas.

“Es la más enérgica y firme respuesta a los que desde los centros de poder de los Estados Unidos y la Unión Europea, secundados por grupúsculos mercenarios internos (opositores) intentan desacreditarnos con falsas calumnias fruto de su odio ancestral”, dijo en su discurso el líder de la Central de Trabajadores (CTC, única), Salvador Valdés.

Raúl Castro, sin emitir discurso, saludó desde la tribuna a los cientos de miles de trabajadores que desfilaron con banderitas de Cuba, al presidir por cuarto año consecutivo el festejo del 1 de Mayo, luego de tomar el mando en 2006 como relevo de su hermano Fidel, de 83 años, retirado del gobierno por una crisis de salud.

“Frente a la injerencia yanqui y de la Union Europea: ¡Unidad¡”, rezaba en rojo una gigantesca pancarta que cubría la fachada de la Bibioteca Nacional, frente a la Plaza de la Revolución.

La Habana acusa a Washington y sus aliados europeos de una “campaña difamatoria” contra la isla, raíz de la muerte el 23 de febrero del preso opositor Orlando Zapata tras 85 días en huelga de hambre, y el ayuno que mantiene el disidente Guillermo Fariñas hace 67 días por la libertad de presos políticos enfermos.

“Cuba no teme a la mentira, ni se arrodilla ante presiones”, se leía en carteles del desfile, parafraseando la advertencia que lanzó Raúl Castro hace un mes para responder a las críticas internacionales por la situación de derechos humanos.

Desde los altoparlantes se animó el desfile con encendidas frases como “abajo los mercenarios y el imperialismo”, “no al chantaje”, “todo por la revolución”, “las calles son nuestras”, “Cuba no se rinde”, “somos un bastión inexpugnable”.

“Es una marcha contra la mentira, contra las patrañas de Estados Unidos y los europeos. Marcho por más socialismo. ¡Viva Fidel, carajo! Y también viva Raúl”, dijo a la AFP Angela Borrero, quien llevaba una foto de los hermanos Castro con el puño en alto.

Humberto Pérez, ex combatiene revolucionario de 72 años, agitaba un cartel con un mensaje al presidente de Estados Unidos: “Obama, en Cuba sobran los derechos humanos”.

“Hay mucha propaganda contra Cuba, por eso estoy aquí, para ver la lucha del pueblo cubano y conocer su cultura con mis propios ojos”, dijo a AFP Diann, una estadounidense de un sindicato de la salud de Nueva York, quien dijo haber pedido permiso al departamento del Tesoro para viajar a la isla.

La Habana acusa a los opositores de “mercenarios” de Washington, niega que hayan presos políticos -200 según la disidencia- y acusa a las Damas de Blanco, esposas de los prisoneros, de “punta de lanza” de la “campaña para desestabilizar” a la revolución.

“Estas sí son las mujeres cubanas. Las verdaderas cubanas enarbolan hoy las banderas de la revolución”, gritó uno de animadores del desfile, en aludiendo críticamente a las Damas de Blanco.

La fiesta del Día del Trabajador llega también en momentos en que Raúl Castro aplica un drástico ajuste para enfrentar la crisis económica, que incluye tomar medidas para reducir una planilla de un millón de empleos improductivos y sobrantes.

“La batalla económica (…) es como nunca antes tarea vital para preservar nuestro sistema social y librarla con éxito implica que cada cual se disponga a cumplir la parte que le corresponde y esté consciente de que el reordenamiento institucional y laboral nos involucra a todos”, agregó Valdés.

Los actos multitudinarios, instaurados por Fidel Castro desde el triunfo de la revolución en 1959, casi habían desaparecido con Raúl Castro.