El disidente cubano Guillermo Fariñas está superando la septicemia que agravó su salud el fin de semana, pero sigue dispuesto a llevar “hasta el final” la huelga de hambre y sed que realiza hace 34 días, informó telefónicamente a la AFP su madre, Alicia Hernández.

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“La fiebre desapareció (…), está superando la infección, pero no ha terminado el ciclo de antibióticos que concluye el sábado. Después hay que esperar 48 horas para hacer nuevos análisis”, explicó Hernández desde Santa Clara (280 km al este de La Habana), donde está hospitalizado Fariñas desde el 11 de marzo.

“Ayer (lunes) le pusieron de nuevo el catéter y comenzaron la alimentación parenteral (interrumpida hace tres días)”, pero “sigue grave” y “dispuesto a llevar su protesta hasta el final”, añadió Hernández, quien advirtió el domingo que su hijo estaba al borde de “un shock séptico” debido a una infección por estafilococo dorado.

Fariñas, sicólogo y ciberperiodista independiente de 48 años, rechazó el lunes la propuesta de España de viajar a Madrid para recibir tratamiento y pidió que en su lugar lo hicieran los 26 presos políticos que asegura están muy enfermos y cuya excarcelación exige con su protesta, según su portavoz, Licet Zamora.

El disidente inició la protesta el 24 de febrero, un día después de la muerte del preso político Orlando Zapata, tras dos meses y medio de una huelga de hambre por mejoras de las condiciones carcelarias.

La ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación (CCDHRN) dijo este martes que “al menos una docena de presos políticos y otros opositores” cubanos declararon protestas similares tras la muerte de Zapata, aunque, además de Fariñas, sólo la sostienen Franklin Pelegrino y el médico Darsi Ferrer.

Pelegrino, un obrero de 38 años que inició la protesta en su casa hace 30 días para apoyar “el combate” de Fariñas, fue hospitalizado este martes en la provincia de Holguín (noreste), donde recibe sueros de hidratación, según dijo vía telefónica a la AFP.

Según la Comisión, Pelegrino estuvo entre el centenar de opositores detenidos temporalmente en febrero pasado, cuando pretendían participar en el poblado de Banes (Holguín) en el funeral de Zapata.

Ferrer (40), declarado recientemente “prisionero de conciencia” por Amnistía Internacional, inició la protesta el 20 de marzo en la prisión de Valle Grande, en el oeste de La Habana.

Cuba niega la existencia de presos políticos -unos 200 según la disidencia, a quienes califica de “mercenarios” de Estados Unidos.