Durante las últimas horas, la comandancia del Cuerpo de Bomberos de Licantén y de la devastada Iloca decidieron cerrar sus cuarteles debido al precario estado en las que quedaron sus unidades tras el terremoto y tsunami del pasado 27 de febrero.

La drástica medida fue comunicada por el comandante de Bomberos de Licantén, Patricio Moraga Díaz, quien señaló que se ven en la obligación de cerrar sus cuarteles ya que los edificios están notablemente dañados al igual que el material rodante con el que contaban.

“Los uniformes y elementos que utilizan los voluntarios deben permanecer en la calle y eso afecta la dignidad de nuestros Bomberos”, dijo la autoridad.

El comandante Moraga lamentó la nula voluntad de la autoridad por solucionar este problema que afecta a los bomberos de ls zona costera curicana.

Sin perjuicio de lo anterior, el comandante Moraga dijo que permanecerán con código rojo, dispuestos a atender casos graves, como por ejemplo, incendios y rescates vehiculares durante un lapso de 72. De no existir respuesta de las autoridades, señaló que la medida será endurecida radicalmente.