El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan recibió el jueves fuertes crítica tanto en Turquía como en el extranjero por sus amenazas de expulsar del territorio turco a los armenios que viven en situación irregular.

Recep Tayyip Erdogan

“Hay 170.000 armenios en nuestro país, de los cuales 70.000 son turcos. Pero toleramos a otros 100.000 (…) Podría estar obligado a decirles que vuelvan a su país. No son mis ciudadanos. No estoy obligado a conservarlos aquí”, dijo el miércoles Erdogan en declaraciones a la radio BBC.

Erdogan respondió así a las recientes decisiones del parlamento de Suecia y de una comisión parlamentaria norteamericana de reconocer el genocidio armenio.

El primer ministro, conocido por sus declaraciones provocativas, intenta “chantajear” a los países extranjeros para que no reconozcan el genocidio, fustigó el editorialista Can Dundar del diario Milliyet.

“Convertir a inocentes trabajadores armenios en una moneda de cambio, en rehenes, es algo suficientemente grave para alimentar las acusaciones seculares contra Turquía”, agregó Dundar.

Por su parte, el gobierno armenio condenó las declaraciones diciendo que “no contribuyen a mejorar las relaciones” entre Armenia y Turquía.

“Eso nos recuerda inmediatamente los acontecimientos de 1915″, dijo el primer ministro armenio Tigran Sarkissian.

Los armenios afirman que 1,5 millones de armenios fueron masacrados por los turcos en un “genocidio” que duró de 1915 a 1918.