El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, llegó este domingo a Jerusalén para efectuar la primera visita de un jefe de Estado brasileño a Israel y los territorios palestinos, comprobó la AFP.

El programa oficial de la visita se iniciará el lunes con un encuentro entre Lula y el presidente israelí, Shimon Peres.

Lula, que está acompañado por una delegación de 80 empresarios, se reunirá asimismo el lunes con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la líder de la oposición, Tzipi Livni.

El martes, el presidente brasileño tiene previsto viajar a Cisjordania, donde se reunirá con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, y con el primer ministro palestino Salam Fayad.

La agenda prevé incluso que Lula pase una noche en Belén sin retornar a Jerusalén, antes de visitar Ramalá el miércoles, un gesto de elevada carga simbólica.

Después viajará a Jordania. En Amman, Lula mantendrá reuniones con el rey Abdulá II y discutirá el papel que Brasil podría desempeñar en las negociaciones de paz, y analizar la tensa situación internacional creada por el polémico programa nuclear de Irán.

La visita se produce en medio de una crisis entre Israel y Estados Unidos, su mayor aliado, tras el anuncio esta semana por el gobierno de Netanyahu de la construcción de 1.600 viviendas suplementarias en Jerusalén Este, durante la visita del vicepresidente norteamericano, Joe Biden.

Brasil se sumó a la condena internacional de la decisión israelí de construir nuevas viviendas en el sector mayoritariamente árabe de la ciudad santa, anexionado en 1967 por el Estado hebreo.

Durante la visita, el principal diferendo entre Brasil e Israel debería ser el tema nuclear de Irán, considerado por los dirigentes israelíes como la principal amenaza para el Estado hebreo.

Al recibir en Brasilia a la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton la semana pasada, Lula dijo oponerse a nuevas sanciones contra Irán.

Este viaje constituye el más importante esfuerzo hasta ahora desplegado por el gobierno de Lula para tratar de situar al país como interlocutor para las negociaciones entre israelíes y palestinos.

El gobierno brasileño viene desplegando una fuerte ofensiva diplomática para intentar colocar al país como interlocutor, con la mira puesta en fortalecer su posición como aspirante a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU si se diera una reforma de esa organización.

Brasil ocupa actualmente un asiento no permanente rotativo en el Consejo de Seguridad, máximo organismo de decisión de las Naciones Unidas.