Una dolorosa polémica se vive en el 6º aniversario de los atentados del 11 de marzo en España, luego que se revelara la investigación de una treintena de casos de falsas víctimas, quienes habrían fingido secuelas para cobrar beneficios sociales.

Precisamente un caso emblemático fue develado por el diario El Mundo en rostro de Lorena Candelario. Esta ecuatoriana, frente a las cámaras, era capaz de emocionar al público narrando su dramático trauma y consecuencias en su salud, logrando obtener la nacionalidad española, una vivienda, una pensión de miles de euros e incluso una condecoración.

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Sin embargo la realidad es que Candelario nunca abordó los faítidicos trenes donde murieron 191 personas y 1858 resultaron heridas. Pese a ello, se presentó 11 horas después de las explosiones en el centro asistencial La Paz en Madrid, quejándose de temblores y dolores, aún cuando no le fue detectada lesión alguna.

El engaño fue más allá cuando regresó al día siguiente aduciendo angustia, pesadillas y dolor de estómago, lo que le permitió comenzar a recibir ayudas como víctima de un “transtorno de ansiedad cronificado”, al punto que el Ministerio del Interior la reconoció otorgándole la nacionalidad española.

Sin embargo sus relatos comenzaron a evidenciar incoherencias que levantaron sospechas, como no poder precisar de dónde provenía al momento de los atentados o contar detalles que resultaban difíciles de creer.

“Me pregunto quién ha tramitado los informes sociales para que esta mujer haya tenido esas subvenciones y esos beneficios que verdaderas víctimas con heridas importantes no han tenido”, declaró a El Mundo, Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo.