Al menos 10 personas murieron este sábado en un atentado suicida en el valle de Swat en Pakistán, un día después de un doble ataque también suicida, en Lahore, que hasta ahora dejó 57 muertos.

Otro atentado similar también en Lahore, la gran ciudad al este de Pakistán, reivindicado por los talibanes aliados de Al Qaida, había matado a 15 personas el lunes pasado.

“Diez personas resultaron muertas y 37 fueron heridas. Fue un ataque suicida” indicó el sábado a la AFP por teléfono Qazi Jamil, responsable de la policía provincial.

Tres miembros de la seguridad y un niño de nueve años figuran entre las víctimas fatales, según precisó el jefe policial.

Un portavoz del ejército en Swat confirmó el balance de muertos y precisó por teléfono a la AFP que entre los fallecidos había dos policías y un soldado.

El atentado se produjo en Saidu Sharif, un barrio situado al sur de Mingora, principal ciudad del valle de Swat.

El kamikaze intentó penetrar en un edificio gubernamental utilizado por la policía y las fuerzas de seguridad, indicó el jefe policial.

“Según informaciones preliminares, el kamikaze iba a pie. Intentó entrar en el edificio y provocó la explosión cuando la policía le cerró le paso”, precisó.

El autor del atentado llevaba 15 kilos de explosivos, precisó el jefe policial.

El área fue inmediatamente acordonada por las fuerzas de seguridad y las tiendas y comercios fueron cerrados, según los habitantes.

Unos veinte vehículos resultaron también dañados por la explosión.

En los últimos días Pakistán padece una intensa ola de ataques suicidas. El atentado en el valle del Swat se produjo al día siguiente de un doble ataque suicida contra militares en Lahore, que dejó hasta ahora 57 muertos y 134 heridos. Cuatro días antes un ataque similar de los talibanes aliados de Al Qaida causó 15 muertos, también en Lahore.

En el otoño (boreal) de 2007, los talibanes se apoderaron del valle de Swat, lugar turístico de gran prestigio en Pakistán, en los primeros contrafuertes de la cadena montañosa del Hindu Kuch.

Los bastiones de estos insurgentes islamistas se sitúan en las zonas tribales fronterizas con Afganistán, convertidas en santuario de Al Qaida y una base de retaguardia para los talibanes afganos.

Al apoderarse de Mingora y sus alrededores, desbordaron esas zonas acercándose a un centenar de kilómetros de la capital, provocando una ofensiva del ejército en abril del año pasado.

Los militares recuperaron rápidamente el valle, pues los talibanes no ofrecieron resistencia frontal y se atrincheraron en las montañas y las zonas tribales, desde donde han multiplicado los atentados.

Los insurgentes de Swat forman parte del Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP). Este grupo se integró a Al Qaida desde su creación en diciembre de 2007 y decretó inmediatamente, junto a Osama bin Laden, la guerra santa contra Islamabad por su apoyo a la “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos.

Desde entonces, el TTP es el principal responsable de la ola de atentados que sufre el país, que en los últimos dos años y medio dejó más de 3.000 muertos en Pakistán.