Militares erradican a mano plantaciones ilegales de coca en La Asunta, unos valles subandinos de Bolivia, en un nuevo intento del gobierno por contener la expansión de cultivos en una zona donde la presencia oficial era vedada, constató el martes la AFP.

“Hemos comenzado una fase de erradicación concertada con los campesinos del lugar, es una erradicación pacífica que realizan los militares”, afirmó a la AFP Porfirio Huasco, técnico de la gubernamental Unidad de Defensa Social del Ministerio de Agricultura, quien supervisa la reducción de la planta.

Se estima que en La Asunta, a unos 210 km al este de la ciudad de La Paz, hay unas 2.000 hectáreas de coca, entre legal e ilegal.

En esta zona aún existe descontento por cualquier eliminación de plantíos, pues es elemento vital para la supervivencia económica de los lugareños, a pesar de que el gobierno boliviano comenzara el miércoles oficialmente la eliminación de coca, en el marco de una política para contener nuevos cultivos.

Huasco dijo que la brigada de 52 soldados utilizaban picos y machetes para destruir los plantíos, en el marco de una urgida política del presidente Evo Morales, un líder de los cocaleros, para mostrar ante la comunidad internacional eficiencia para reducir las plantaciones.

Huasco dijo que la erradicación en los valles de Yungas, en el departamento de La Paz, alcanzaría “hasta fin de año unas 800 hectáreas” de las 5.000 a 6.000 que anualmente se eliminan.

Bolivia, según la ley, sólo reconoce la existencia de 12.000 hectáreas de coca para usos legales, como masticación, infusión y rituales religiosos andinos, aunque mediciones de organismos internacionales, como la JIFE, estiman en 30.000 las hectáreas plantadas del arbusto.