El periodista disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde el 24 de febrero, está “débil” y “muy deshidratado”, pero mantendrá su protesta “hasta las últimas consecuencias”, dijo este martes en conversación telefónica con la AFP.

“Estoy un poco más debilitado”, pero “no hay retroceso en la huelga, no hay marcha atrás. Esto es hasta las últimas consecuencias”, dijo Fariñas, quien realiza la protesta en el centro Santa Clara en reclamo de la libertad de 26 presos políticos cubanos que asegura están muy enfermos.

El diario oficial Granma, órgano oficial del Partido Comunista, calificó el lunes su huelga de “chantaje” inaceptable y lo responsabilizó de las consecuencias.

“Con el artículo Fidel y Raúl Castro están enviándonos un desafío a la disidencia, de que no somos capaces de ser patriotas e ir hasta las últimas consecuencias”, añadió el también sicólogo de 48 años.

Fariñas sufrió el pasado miércoles un shock hipoglucémico y fue hidratado y alimentado por vía intravenosa en dos hospitales de Santa Clara.

Su médico de cabecera, Ismel Iglesias, también opositor, explicó este martes a la AFP que Fariñas “está muy deshidratado”, con los “labios secos y quebradizos” y “un constante dolor de cabeza”.

“El marcado deterioro físico se acentúa” y “de mañana (miércoles) en adelante podría llegar el shock en cualquier momento”, apuntó Iglesias.

Un grupo de disidentes moderados pidieron al presidente Luiz Inácio Lula Da Silva que interceda para que Cuba libere a unos 20 presos políticos y evite así la muerte de Fariñas, según una carta entregada a la prensa.

El disidente, que inició su protesta poco después de la muerte del preso político Orlando Zapata tras dos meses y medio de huelga de hambre, rechazó el lunes una propuesta de asilo en España, que le hizo un diplomático español.

También rechazó pedidos de Madrid y de opositores cubanos para que depusiera su huelga de hambre y sed.