La economía chilena, una de las historias de éxito de América Latina, será puesta a prueba con la reconstrucción tras el sismo, cuyo impacto podría situarse entre 15.000 y 30.000 millones de dólares, según unas primeras estimaciones de analistas privados.

“Chile es un ejemplo de capacidad de acción en situaciones de emergencia. La eficiencia de la ayuda chilena en situaciones de emergencia de países latinoamericanos, como la del terremoto de Haití, ha sido demostrada”, declaró Pedro Alba, director del Banco Mundial para Chile, a la AFP.

Pero los saqueos generalizados en las ciudades más afectadas por el sismo, como Concepción, recuerdan que incluso los países con mejores credenciales no están a resguardo del pánico.

Las cifras que se manejan provisionalmente son enormes. Las pérdidas totales por culpa del sismo serán de un mínimo de 15.000 millones de dólares, según una firma de análisis estadounidense, Air, y de hasta 30.000 millones según otra firma, Eqecat.

Eso podría significar una pérdida del 10% del Producto Interior Bruto chileno.

Al menos medio millón de hogares quedaron destruidos por el temblor, declaró este martes la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

El precio del cobre subió un 5% de golpe en los mercados internacionales en la apertura de los mercados el sábado, pero luego volvió a bajar, una vez se confirmó que las principales minas chilenas quedaron a salvo del devastador terremoto de magnitud 8.8.

Chile es el primer productor mundial de cobre, con un tercio del total mundial.

“El daño sufrido por las instalaciones parece ser mínimo, y el principal puerto exportador del país está operando normalmente”, explicó Bill Whiterell, jefe economista de Cumberland Advisors.

Chile adhirió al club de países ricos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el pasado 11 de enero, una demostración de la solidez de su economía, que destacó el año pasado por cruzar la crisis financiera relativamente bien.

El presidente electo Sebastián Piñera tiene a su disposición el Fondo de Estabilización Social, de cerca de 14.000 millones de dólares, producto de la prudencia fiscal del país cuando los precios del cobre estaban por todo lo alto.

Bachelet pudo emplear hasta 8.000 millones de dólares para luchar contra los efectos de la crisis el año pasado, algo que muy pocos países de la región pudieron imitar.

“La deuda pública es muy baja, lo que le da a la próxima administración suficiente margen para buscar financiación exterior si lo necesita”, explicó la firma de análisis IHS Global Insight.

Por el momento Chile sigue concentrado en las tareas de rescate y de seguridad y no ha solicitado ayuda al Banco Mundial, confirmó Alba a la AFP.

“El desarrollo de infraestructura de Chile (…) y su sólida economía garantiza una recuperación relativamente rápida, que podría tomar meses”, se atreve a vaticinar IHS Global Insight.