La Iglesia Católica afirmó este jueves que la muerte del preso político cubano Orlando Zapata, debido a una huelga de hambre, es una tragedia para todos e instó al Gobierno a evitar que se repitan situaciones como éstas.

“La muerte en estas condiciones es una tragedia para todos”, dijo una nota escrita de la Conferencia Episcopal entregada a la prensa, en la que pide a las autoridades tomen medidas “para que situaciones como éstas no se repitan”.

Zapata, un albañil negro de 42 años, murió el martes en La Habana tras dos meses y medio de huelga de hambre reclamando mejores condiciones carcelarias, lo que provocó “indignación” en la ilegal oposición de la isla y consternación internacional.

Los obispos solicitan también al gobierno de Raúl Castro a crear “las condiciones de diálogo y entendimiento idóneo para evitar que se llegue a situaciones tan dolorosas que no benefician a nadie y hacen sufrir a muchos”.

Tras remarcar desacuerdo con las huelgas de hambre, “una forma de violencia que ejerce la persona sobre si misma”, el comunicado advierte que los obispos conocieron la situación “por los medios internacionales de prensa”, en alusión al silencio de los medios locales, bajo control estatal.

Los Obispos hacen llegar a la madre de Zapata, Rosa Tamayo, sus “condolencias y la seguridad de nuestras plegarias”.

Zapata fue sepultado este jueves en Banes, su pueblo de residencia, a 850 km al este de La Habana, en medio de un despliegue de agentes de civil y la detención temporal en varias provincias de un centenar de disidentes, a los que el Gobierno considera “mercenarios” al servicio de Estados Unidos, dijeron fuentes opositoras.