Felipe Martínez viajaba de noche desde Santiago a Valdivia en un bus de la empresa Línea Azul cuando escuchó un golpe en el exterior de la máquina. Sólo cuando esta se detuvo en Chillán pudo comprobar que el espejo retrovisor había sido destruido al golpear a otro vehículo por alcance, accesorio que la tripulación diligentemente parchó con cinta adhesiva.

Espejo parchado con adhesivo | Felipe Martínez

Espejo parchado con adhesivo | Felipe Martínez

Según nos cuenta, Felipe estampó una denuncia contra la empresa en el Ministerio de Transportes no sólo por el hecho, sino porque el bus excedió el límite de velocidad durante todo el viaje, ante la indiferencia de sus operarios.

Recordemos que en el último tiempo Radio Bío-Bío ha recibido numerosas denuncias de auditores por el exceso de velocidad al que transitan los buses de la empresa Línea Azul, así como la aparente falta de fiscalización de la que parecen gozar pese a estas faltas.

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