Australia llamó este jueves a poner fin a la caza científica de ballenas que autoriza a los balleneros japoneses la pesca de estos cetáceos pese a la moratoria que prohíbe la caza comercial, una propuesta que Japón calificó de “desafortunada”.

Caza de ballenas

Imagen: Behind the Mist en Flickr

La propuesta de prohibir la pesca científica, acompañada de una prohibición de aquí a 5 años de la caza en el Antártico, fue transmitida a la Comisión Ballenera Internacional (CBI), indicó el ministro australiano de Medio Ambiente, Peter Garrett.

La Comisión propuso el martes que Japón pudiera seguir con la práctica de la caza denominada “científica”, con la condición de que aceptara una reducción del número de cetáceos muertos.

Greenpeace y el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF) condenaron firmemente este proyecto de compromiso destinado a superar el punto de estancamiento de las conversaciones antes de la próxima reunión de la CBI, prevista en marzo en Florida (Estados Unidos).

“Aunque el gobierno reconoce los esfuerzos realizados por los participantes, la propuesta que se está discutiendo va mucho más allá de lo que Australia puede aceptar”, indicó el ministro australiano.

“Por ello proponemos (…) el fin de la pretendida caza científica en el mundo entero”, añadió.

Japón calificó de “desafortunada” la propuesta australiana, y recordó que esta pesca con fines científicos es legal. “Resulta extremadamente desafortunado que se haya realizado tal propuesta”, declaró el ministro adjunto de Relaciones Exteriores, Koichi Takemasa.

La pesca es “una actividad legítima basada en un tratado internacional”, añadió el ministro adjunto de Agricultura, Akira Gunji.

La CBI impone desde 1986 una moratoria ilimitada que prohíbe la caza comercial de la ballena. La organización, sin embargo, autoriza, siguiendo unas cuotas precisas, la caza en nombre de la “investigación científica”, practicada entre otros por Japón.

La semana pasada, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, había avisado a Japón que debería poner fin a la caza de ballenas y amenazó con recurrir a los tribunales internacionales.