Los pilotos de la primera compañía aérea alemana Lufthansa iniciaron a medianoche del domingo un movimiento de huelga que debe durar hasta el jueves y que aparece como el más importante en la historia del transporte aéreo alemán.

Imagen: primera-clase.com

El movimiento, convocado por el sindicato Cockpit, que representa más de 4.000 pilotos, comenzó como estaba previsto a medianoche (20 horas en Chile), confirmó Stefanie Stotz, portavoz del primer grupo aéreo europeo.

Tanto el sindicato como la patronal de Lufthansa fracasaron durante el fin de semana en ponerse de acuerdo sobre las modalidades del reinicio de las negociaciones.

Cockpit también había programado para este lunes manifestaciones en los dos grandes aeropuertos alemanes, en Fráncfort (oeste) y Munich (sur).

Lufthansa organizó un plan de urgencia para garantizar entre el 50% y el 60% de los vuelos, es decir unos 1.000 vuelos.

Sin embargo, muchos de esos vuelos debieron ser pura y simplemente anulados el lunes en la mañana, indicó un portavoz, y se espera que será el caso para otros durante la jornada.

El viernes en la noche, Lufthansa anunció que anularía dos tercios de sus vuelos del lunes al jueves y dijo esperaba pérdidas por 100 millones de euros.

El sindicato reivindica la misma convención de salarios para todos los pilotos del grupo que vuelan bajo la enseña Lufthansa, incluyendo los de sus filiales en el extranjero, lo que la compañía rechaza.

También reclama una garantía para los empleos, un punto que debería ser más fácil de negociar.

Las filiales de Lufthansa Germanwings y Lufthansa Cargo (carga) también estaban afectadas por la huelga que debe prolongarse hasta las 23:59 (19:59 horas en Chile) del jueves.

Por el contrario, los vuelos que atienden las compañías regionales de Lufthansa no debían ser perturbados.

En tiempo normal, Lufthansa atiende unos 1.800 vuelos diarios – de los cuales 160 vuelos intercontinentales – número que incluye también los vuelos de sus compañía regionales.

Lufthansa se organizó para asegurar un buen número de vuelos, recurriendo a sus compañía regionales, a su filial británica British Midland (BMI) o alquilando aviones a otras compañías, reconoció el lunes en una entrevista al cotidiano Süddeutsche Zeitung, Thomas von Sturm, del sindicato Cockpit.

Pero “el costo de una huelga no se mide sólo en el número de vuelos anulados”, precisó, “mucha gente no reserva (en Lufthansa) por que no saben si habrá vuelo, el alquiler de otros aviones cuesta caro”.

Los pilotos en huelga recibieron este lunes una salva de críticas de los medios patronales y económicos. En el diario Berliner Zeitung, el presidente de la federación de cámaras de comercio e industria DIHK, Martin Wansleben, calificó el movimiento de “irresponsable”, cuando la economía alemana se repone lentamente de la grave recesión del año pasado.