Centenas de personas sin techo que llevan un mes y medio acampando en el jardín de la residencia del primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, tras el sismo del 12 de enero, acusaron este lunes a la policía de ponerle trabas al encaminamiento de la ayuda para que se fueran.

Invitados por el jefe de gobierno, más de 1.000 personas se refugiaron en el césped del palacio blanco de tejas rojas, de estilo colonial, instalado en un cerro de Puerto Príncipe.

Pero a 6 semanas de la catástrofe que podría haber dejado 300.000 muertos, según el presidente haitiano René Préval, unos refugiados se quejaron el lunes, afirmando que ya no recibían ayuda. Algunos acusaron a los policías de querer obligarlos a irse, otros de desviar los víveres para sus propias familias, acusaciones que desmienten los agentes.

La tensión aumentó con la presunta agresión de una mujer de 22 años por policías. Un agente explicó bajo anonimato que la supuesta víctima, vestida de manera “indecente”, había intentado entrar de madrugada en el patio de la residencia, cerca de la oficina del primer ministro, para tomar un baño allí.

Cuando un policía la quiso detener, ella lo abofeteó, dijo el oficial.

“Me golpearon con sus armas”, afirmó por su parte la joven, enseñando sus dedos vendados a la AFP.