El control de flujos de capital extranjero, que aplican países emergentes como Brasil, no tiene garantizado el éxito, y acostumbra a cambiar solamente la naturaleza de esos fondos, advirtieron este viernes expertos del Fondo Monetario Internacional, FMI.

“La evidencia parece inclinarse más bien a que los controles de capital tienen un efecto en la composición de los flujos, en lugar del volumen”, explicó el estudio firmado por expertos del equipo de investigación del Fondo.

Países como Chile y Colombia aplicaron controles de flujos de inversión de corto plazo en los años 90, para evitar un desequilibrio de sus balanzas de pago y una apreciación brusca de sus respectivas monedas, examina el estudio.

Esos dos casos en particular “parecen haber tenido algo de éxito al inclinar la composición de los flujos hacia pasivos menos vulnerables”, explican los autores del estudio.

Los controles de capital funcionan mejor en los países que ya tenían economías más cerradas a la inversión exterior antes de una crisis, recuerda el estudio.

Pero esos países que vigilan de cerca la entrada de divisas, y que no permiten la libre flotación de sus monedas, tampoco se benefician tanto de una recuperación mundial cuando esta se produce, resaltan los expertos.

Brasil batió récords en 2009 de inversión extranjera en acciones bursátiles y títulos públicos, hasta los 47.148 millones de dólares.

Para evitar la excesiva apreciación del real, el gobierno brasileño impuso en octubre pasado un impuesto del 2% al capital extranjero destinado a renta fija y bolsa, y luego lo amplió con otras medidas.

Colombia aplicó medidas similares entre 2007 y 2008.

Los controles de capital extranjero pueden desembocar en reacciones en cadena en otros países, lo que acabaría exacerbando otros desequilibrios, advierten los expertos.

“En las presentes circunstancias, la recuperación mundial depende de los ajustes de política macroeconómica”, más que de los controles de flujos, explica el texto.