Sometido a una creciente presión por la crisis de los automóviles defectuosos, el presidente de Toyota aceptó finalmente el viernes testimoniar el 24 de febrero ante una comisión del Congreso de Estados Unidos que analizará el caso.

Akio Toyoda, que en un principio había dicho que no iría a esta reunión, cambió de opinión tras ser formalmente invitado a comparecer por el presidente de la comisión de Vigilancia y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes norteamericana, Edolphus Towns.

“He recibido la invitación para testimoniar (…) y acepto”, anunció Toyoda en un comunicado publicado en el sitio internet del grupo.

“Estoy impaciente de hablar directamente al Congreso y al pueblo estadounidense”, agregó.

La audiencia del 24 de febrero, titulada “Los pedales de los aceleradores de Toyota: ¿el público está en peligro?”, abordará la respuesta del gobierno federal norteamericano ante los problemas técnicos de Toyota, que provocaron la vuelta a fábrica de unos 9 millones de vehículos del primer productor mundial.

Los congresistas estadounidenses Towns y Darrell Issa se congratularon del anuncio de la presidente del patrón de Toyota en Washington.

“Pensamos que su testimonio será útil para comprender las medidas adoptadas por Toyota para garantizar la seguridad de los conductores norteamericanos”, reaccionaron.

La comisión del Congreso norteamericano también citó a comparecer al ex abogado de Toyota, Dimitrios Biller, quien acusó públicamente al grupo de haber ocultado y destruido pruebas de los defectos hallados en sus vehículos.

Biller, que trabajó para el grupo nipón entre 2003 y 2007, deberá llevar “todos los documentos relativos a la seguridad de los vehículos Toyota y la gestión que hizo el grupo de los “los casos de defecto técnicos”.

Toyota enfrenta decenas de denuncias colectivas en Estados Unidos, de parte de automovilistas que le reprochan haber reaccionado con demasiada lentitud ante las quejas de sus clientes.

Según las denuncias recibidas por la agencia de seguridad vial estadounidense (NHTSA), que depende del Departamento de Transporte, los problemas de aceleración súbita de los coches Toyota habría provocado al menos 34 muertes en Estados Unidos.

La crisis de Toyota se agravó el miércoles tras la apertura en Estados Unidos de una investigación por problemas en la dirección del Corolla, el auto más vendido del mundo con más de 30 millones de unidades comercializadas desde el lanzamiento del primer modelo en los años 1960.

Toyoda, que rehuye más bien las apariciones en público y cuyo largo silencio al inicio de la crisis fue muy criticado, recibió el viernes nuevos reproches del parte del ministro nipón de Transportes, Seiji Maehara.

“Es lamentable que haya habido una valse de dudas y que haya podido afirmar que no iría” al Congreso norteamericano, declaró Maehara.