En cientos de pequeños frascos plásticos crecen pacientemente unas plantas alimentadas con nutrientes microscópicos, con las que científicos costarricenses confían en revolucionar el competitivo mercado mundial del café.

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El café ‘F1′, que los investigadores esperan que dentro de poco comience a ser producido con fines comerciales en cuatro países centroamericanos (Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras), es una variedad híbrida desarrollada a partir del cruce de plantas del istmo con otras traídas de Etiopía y Sudán.

Esta nueva variedad de café, que según los entendidos tiene muy buen sabor, es el resultado de un minucioso trabajo de laboratorio que comenzó hace ocho años y que está a punto de rendir sus frutos, explica la científica Nelly Vásquez.

“Este café tiene una altísima productividad y una excelente calidad de taza”, declara la investigadora a la AFP.

El café híbrido fue desarrollado por Vásquez y otros investigadores del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), un instituto internacional creado en 1973, cuyos laboratorios están en el valle de Turrialba, 40 km al sureste de San José.

En el proyecto participan estos cuatro países de Centroamérica, región que aporta casi una décima parte de las exportaciones globales del grano: 10,5 millones de sacos de 60 kilos en 2009, según la Organización Mundial de Café.

A través de un lento proceso de ensayo y error, trabajando en condiciones de asepsia y a temperaturas adecuadas, los científicos han llegado a esta variedad que podría elevar los rendimientos de los cafetales centroamericanos.

El desarrollo de este híbrido se hizo ‘in vitro’ a partir de trocitos de hojas, manipulados con pinzas y bisturí, que se colocaron a crecer, alimentados con una gelatina con nutrientes, en total oscuridad durante un mes.

Luego estos trocitos de hojas se pasaron a otros frascos más grandes donde continuaron su crecimiento con luz artificial, por varias semanas, hasta que las plantas alcanzaron el tamaño para ser colocadas directamente en la tierra.

El F1 fue seleccionado, tras experimentar con una veintena de híbridos, debido a su mayor productividad y mejor resistencia a las plagas.

“Tiene resistencia a nemátodos (gusanos)”, dice Vásquez, aunque admite que el híbrido posee una dificultad: no se reproduce sexualmente, como las otras variedades de café, por lo que su cultivo obligará a cambiar centenarios procesos de producción en los cafetales centroamericanos.