Francia, Alemania y Japón son algunos de los malos alumnos en materia de ayuda al desarrollo en un momento en que la crisis vuelve más necesaria la asistencia a los países más pobres del mundo, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

OCDE

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Desde 2004, la ayuda a los países en desarrollo aumentó 35%, alcanzando “niveles récord”, según un estudio publicado por la OCDE el miércoles en París.

Pero la cifra final será “menos que las ayudas prometidas por los principales donantes del mundo hace cinco años” durante la cumbre del G8 de Gleneagles (Escocia), estimó la organización que reúne a las 31 economías más desarrolladas, y que incluye a México y Chile.

En forma global, la ayuda al desarrollo debería aumentar en 27.000 millones de dólares entre 2004 y 2010, “pero sigue habiendo una brecha de 21.000 millones” con respecto a las promesas de 2005.

“África, en particular, sólo recibirá 12.000 millones de dólares de los 25.000 millones previstos”, lamenta la OCDE.

Los 15 países que son al mismo tiempo miembros de la Unión Europea (UE) y del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE se comprometieron a alcanzar un nivel de ayuda pública del 0,51% de su Producto Interior Bruto (PIB).

Este objetivo no fue respetado por Francia (0,46%), Alemania (0,40%), Austria (0,37%), Portugal (0,34%), Grecia (0,21%) e Italia (0,20%).

De la misma forma, Japón parece no cumplir con sus promesas.

En cambio, otros países han hecho más de lo prometido, como Suecia, cuya ayuda pública es la más importante del mundo y representa 1,03% de su PIB.

Estados Unidos, que se había comprometido a duplicar su ayuda a África subsahariana entre 2004 y 2010, “parece estar en la buena senda”, según el informe.