Irán rechazó el miércoles cooperar con los relatores de la ONU que quieren investigar denuncias de tortura y de otras violaciones de los derechos humanos en la República Islámica, tal como fue solicitado por países occidentales tras la represión de protestas opositoras.

El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó el miércoles en Ginebra el informe del debate que sostuvo el lunes sobre la situación en Irán y durante el cual se formularon un centenar de recomendaciones.

Las autoridades iraníes dijeron que examinarían la posibilidad de “dar una respuesta positiva a los pedidos de visitas presentados por los relatores especiales de la ONU”, pero dejaron claro que las recomendaciones de “cooperar con los relatores especiales, como por ejemplo con el de casos de tortura (…) no cuentan con su apoyo”.

Irán rechazó también el pedido británico de autorizar las misiones “de todos los relatores especiales”, que no pueden entrar en ese país desde que el presidente Mahmud Ahmadinejad llegó al poder en 2005, y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para investigar las violencias que se produjeron el año pasado, tras la reelección del mandatario, denunciada como fraudulenta por la oposición.

Los países occidentales denunciaron el lunes ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la “represión sangrienta” contra los opositores al régimen iraní.

En su respuesta, las autoridades iraníes aseguraron que garantizaban “los derechos cívicos y políticos para todos, especialmente los disidentes y las minorías”.