Los hackers son seres muy inteligentes, aunque peligrosos, y no se quedan de brazos cruzados si es que algo no les parece bien. Así lo plantearon a través de la Operación ‘Titstorm’, una ofensiva cibernética al gobierno australiano luego de que, en plena democracia, implementara una de las restricciones más severas a Internet.

Afiche de la Operation Titstorm

Pero ¿De qué restricción hablamos? Se trata de la Internet Censorship Policy (Política de Censura a Internet), una medida gubernamental que pretende controlar o suprimir las publicaciones y el acceso a la información en la red.

Pero, según expertos, este control es prácticamente imposible de concretar en un 100%, porque hay muchas conexiones ‘independientes’ que se pueden realizar por medio de páginas especializadas, y a las que el gobierno australiano no podrá tener un fácil acceso.

Incluso, el ‘Padre de la Internet’, Vint Cerf, dijo que no le veía buen futuro a estas medidas de los gobiernos y que probablemente fallarían al enfrentarse a los controles privados de Internet.

De acuerdo a todo lo anterior, la lucha de estos hackers es más de sobrevivencia. Según The Independent, ayer lanzaron fuego por primera vez a las páginas web del gobierno australiano, bajándolos en ataques coordinados y poniendo pornografía en la página del Primer Ministro, Kevin Rudd.

Asimismo, la página de los parlamentarios australianos fue afectado durante una hora y el sitio del Departamento de Comunicaciones también sufrió con anuncios subidos de tono.

Estos hackers están alineados con el grupo de protesta ‘Anónimos’ y lo peor es que, aunque en el gobierno sabían de estos ataques desde el viernes pasado, no pudieron hacer nada para frenarlos frente al poder de Internet.

Lo cierto es que las autoridades australianas planean introducir un sistema de filtro en 2011, que podría bloquear los siios con información obscena o de los cuales hayan perdido el control. Pero esto convierte a Australia, un país democrático, en uno de los más rigurosos del mundo.