El actor Mel Gibson, que tras ocho años de ausencia acaba de regresar a la pantalla en el papel de un padre vengador en el thriller “Al límite”, tiene una insólita pasión, poco compartida en Hollywood: revivir las lenguas muertas, como el maya, el arameo y ahora, el nórdico.

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En la cinta dirigida por Martin Campbell, Gibson encarna a Thomas Craven, un detective de Boston. La hija de Craven, de 24 años es asesinada y al investigar ese homicidio, el detective descubre un mundo donde las corporaciones y el poder no se detienen ante nada para defender sus intereses.

Al ser interrogado por la AFP respecto a su pasión por las lenguas muertas, Gibson –que se atrevió a rodar en maya yucateco su filme “Apocalypto” (2006), un drama de acción ambientado en tierras mayas antes de la conquista– dijo que “escuchar a los personajes hablar en su propia lengua tiene una cierta magia”.

“Siempre quiero ver una película en la lengua original en la que fue filmada”, reafirmó el cineasta, que causó controversia con “La Pasión de Cristo”, filmada en arameo, latín y hebreo, y que generará quizá más polémica en Hollywood con otro filme en una lengua que nadie entiende.

Gibson contó que desde niño estaba fascinado por los vikingos, y que sueña desde hace años con hacer un filme sobre esos intrépidos navegantes. Y la única manera de hacer creíble esa película es escuchar a los vikingos hablar su lengua nórdica antigua, subrayó.

“Tener una lengua que es ininteligible para la mayor parte de gente obliga al cineasta a darle todo el poder a la imagen”, insistió, agregando que además, “oír hablar una lengua incomprensible vuelve la trama mucho más real”.