Las calles de Bogotá fueron tomadas el jueves por peatones y ciclistas, que desde el año 2000 celebran un día sin autos particulares, pero se preguntan si este mecanismo ha perdido efecto para llamar la atención sobre las consecuencias de la contaminación ambiental.

Imagen: ejercito.mil.co

En la jornada que se extiende desde las 06H30 hasta las 19H30 locales han salido de circulación alrededor de 1.370.000 vehículos particulares, según la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Las multas para quienes se trasladen en su propio auto son de 257.500 pesos (unos 128 dólares).

En compensación, los ciclistas cuentan con 354 kilómetros de vías especialmente acondicionadas. Además, funcionan cerca de 50.000 taxis, 16.000 autobuses y 2.664 unidades del sistema de transporte colectivo Transmilenio.

El día sin autos en Bogotá, ciudad de ocho millones de habitantes que lo celebra el primer jueves de cada febrero, se realizó por primera vez en el año 2000.

Pero los bogotanos se preguntan si este mecanismo, ideado para promover el uso del transporte alternativo y llamar la atención sobre la contaminación, no ha comenzado a perder efecto.

“Con un día que salgan los carros (de las calles) no es suficiente”, dijo a la AFP en una parada de autobuses María, una estudiante universitaria de 20 años que considera que son justamente las unidades del transporte público “las que más contaminan”.

Sin embargo, la petrolera estatal Ecopetrol aprovechó la jornada para presentar su versión del “diesel limpio”, un combustible con 50 partes por millón de azufre que ya se usa en el sistema de Transmilenio y que comenzará a distribuirse en todo el país.

También cambia la movilidad. Antonio, un chofer de autobús de 44 años, comentó a la AFP que este jueves en la mañana hizo su trayecto habitual en una hora. “Normalmente empleo dos horas”, dijo.

“En el sur, la buseta venía que no le cabía nadie más, pero en el norte (donde están los barrios más acomodados) la llevo vacía. La gente prefirió llamar a los taxis”, indicó.

En Bogotá rige una restricción para autos particulares que les impide circular durante dos días a la semana entre las 06H00 y las 20H00 locales. Una limitación similar se aplica a los taxis. Sin embargo, en las horas pico las personas pueden tardar más de dos horas en el traslado del hogar al trabajo.

Para el urbanista Ricardo Montezuma, director de la Fundación Ciudad Humana, Bogotá fue “muy innovadora y proactiva a principios de la década en los temas de movilidad y medioambiente. Pero ahora vemos un estancamiento”.

La capital colombiana desarrolló desde fines de la década de 1990 programas de educación ciudadana, promovió el uso de estacionamientos y comenzó el desarrollo de ciclorutas, complementadas con el cierre de vías para bicicletas los domingos, entre otras medidas que le valieron ser considerada entre las ciudadades más acogedoras de América Latina.

Pero desde entonces “la movilidad no ha mejorado, sino que incluso ha empeorado, con la entrada de más motocicletas y autos a la ciudad. Además, Bogotá ha vuelto a ser muy agresiva con los peatones”, dijo Montezuma a la AFP.

Según este especialista, los usuarios del transporte público en Bogotá se han reducido de 80% de la población en 1995 a menos de 70% hoy en día.

“En los últimos cinco años se han sumado 150.000 motocicletas al parque automotor, y dos tercios de sus dueños son antiguos usuarios del transporte público”, señaló.

Sobre la contaminación ambiental, Montezuma opinó que el combustible, en cuya calidad reconoce una mejora, es “sólo una parte del problema. Pero incide también la edad del parque automotor. En Bogotá el 75% de los vehículos están obsoletos y no hay mecanismos efectivos para controlarlos”.