El cadáver del gobernador de la provincia de Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, secuestrado y degollado por las FARC según el gobierno colombiano, fue enterrado este jueves en Bogotá, en medio de la indignación generalizada.

Cubierto con las banderas de Colombia y de su departamento, el ataúd con el cuerpo de Cuéllar fue enterrado en el cementerio Jardines del Recuerdo, en el norte de la capital colombiana, hacia las 16H00 locales (21H00 GMT) en medio del estupor de los presentes, la mayoría familiares del político.

“Es la Navidad más amarga de mi vida. Saber que por culpa del secuestro viví tres Navidades sin él, pero ésta es la más terrible de todas porque ya me lo quitaron para siempre”, dijo, entre sollozos, Imelda Galindo, esposa del político asesinado.

Procedente de Florencia, capital de Caquetá, donde fue despedido con flores y pañuelos blancos, el cuerpo fue recibido muy temprano por el presidente Álvaro Uribe en un aeropuerto militar de Bogotá.

Allí, Uribe y su ministro de defensa, Gabriel Silva, rindieron honores al gobernador asesinado y dialogaron por media hora con sus familiares. Luego, el féretro fue trasladado hacia una funeraria del norte de la ciudad, donde fue velado.

“Uno se siente muy triste, muy ‘acobardado’ de recibir el cadáver de nuestro gobernador. Es muy triste que esas cosas ocurran en Colombia y me pregunto: ¿por qué no hemos derrotado de una vez por todas a esos bandidos (de las FARC)?. Eso lo hablamos con los miembros de nuestras Fuerzas Militares”, dijo el mandatario.

Norma Victoria, hija del político, aseguró que durante el encuentro, el presidente colombiano les ofreció disculpas. “El señor presidente nos ofreció disculpas por el secuestro y asesinato de mi padre. Siente que era obligación de su gobierno protegerlo con eficacia”, dijo.

Uribe también se entrevistó allí con voceros de los 32 gobernadores del país con quienes se comprometió a reforzar su seguridad.

“Tuvimos un encuentro con el presidente, a quien acabamos de pedirle que se fortalezcan nuestros esquemas de seguridad, en especial la protección durante las horas de la noche”, dijo a la AFP, Eduardo Verano, gobernador del departamento de Atlántico (norte) y vocero de la federación que los agrupa.

Uribe ordenó a la Policía que adopte “un refuerzo en todas las medidas especiales y de protección” para garantizar la vida de los mandatarios y sus familias, dando prioridad a aquellos que gobiernan en regiones con influencia de grupos armados ilegales.

Cuéllar, que el martes cumplía 69 años, fue secuestrado el lunes por un comando élite de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según el gobierno.

Tras sacarlo a rastras y ante la negativa del político a caminar por la selva, lo degollaron poco antes de la medianoche de ese día, conforme la versión oficial.

Un dictamen forense del estatal Instituto de Medicina Legal indicó que Cuéllar fue degollado una hora después de haber sido sacado de su residencia en pijama y descalzo. Además, que fue brutalmente golpeado para doblegarlo antes de su muerte.