Técnicos estadounidenses llegaron a Jamaica este miércoles para investigar un accidente en un vuelo de American Airlines, que si bien no dejó muertos sí provocó caos y finalizó con el avión sobre la arena de una playa, a metros del Caribe.

Las fuerzas de seguridad acordonaban férreamente el área cercana a los restos del Boeing 737-800 (uno de los últimos modelos estadounidenses), que atravesó la alambrada externa del aeropuerto el martes a última hora y finalizó a escasa distancia del agua.

Uno de los motores de la nave se rompió, parte del tren de aterrizaje quedó destrozado y el cuerpo del avión se partió. Los asombrados pasajeros se precipitaron fuera, muchos con huesos rotos, cortes y quemaduras, y fueron llevados a hospitales locales.

El aeropuerto fue clausurado inmediatamente y los vuelos derivados a otros sitios. La compañía aérea informó el miércoles que sólo dos de los 148 pasajeros quedaron internados. El avión llevaba además 6 tripulantes.

El Consejo Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos despachó a cinco especialistas en aviación liderados por el investigador John Lovell para asistir a las autoridades de Jamaica en las pesquisas, que se llevaron adelante bajo una intensa lluvia.

Junto al grupo también viajaron asesores técnicos de American Airlines, de Boeing Aircraft Company y de la Federal Aviation Administration.

“Todo lo que sé es que el avión aterrizó y luego cayó”, dijo la pasajera Betrie Carr-Cameron a la AFP. Una vez que el avión se detuvo la gente inmediatamente corrió hacia las salidas, donde se desplegaron los toboganes de emergencia, agregó.

Los pasajeros, que al principio aplaudieron lo que parecía ser un aterrizaje seguro en este popular destino turístico, indicaron que inicialmente no se dieron cuenta de que el avión estaba deslizándose fuera de la pista.