La Conferencia de la ONU sobre el Clima “tomó nota” el sábado del Acuerdo de Copenhague, promovido por las potencias ricas y emergentes, lo que según un experto levanta los obstáculos a su aplicación ante la imposibilidad de una adopción consensuada por los 193 países.

Este acuerdo, elaborado la víspera por los jefes de Estado y de Gobierno de unos 30 países industrializados, emergentes y en desarrollo, fue presentado de madrugada ante el plenario de la Conferencia.

Allí chocó con la oposición de un núcleo duro de países -Cuba, Venezuela, Bolivia y Sudán- que amenazaba su adopción, obligatoriamente por consenso, tras una noche de ásperos debates.

“El hecho de ‘tomar nota’ le da un estuto legal suficiente para que el acuerdo sea operativo sin necesidad de una aprobación por las partes”, explicó a la agencia AFP Alden Meyer, director de la ONG estadounidense Union of Concerned Scientists (unión de científicos comprometidos)