El papa Benedicto XVI condenó este viernes con firmeza los abusos sexuales a niños cometidos por curas católicos en Irlanda y prometió indagar y tomar medidas por el encubrimiento de las autoridades eclesiásticas de “crímenes abominables”.

“El Papa comparte la indignación, el engaño y la vergüenza que sienten los fieles de Irlanda” indicó en una nota el Vaticano.

La condena fue hecha al término del encuentro con el cardenal Sean Brady, primado de la iglesia irlandesa, en el que participaron otros importantes representantes y obispos irlandeses así como autoridades de la Curia romana.

“El Santo Padre está consternado y afligido” por el informe sobre los abusos a niños cometidos por religiosos en Irlanda y desea manifestar una vez más “su profunda indignación por las acciones cometidas por algunos miembros del clero que han traicionado su solemne promesa a Dios”, subraya la nota.

Un informe elaborado por una comisión presidida por la juez Yvonne Murphy concluyó en noviembre, luego de tres años de investigaciones, que los responsables de la arquidiócesis de Dublín protegieron a los autores de los abusos y no los señalaron a la policía durante más de tres décadas.

En la nota, el Papa anunció que la Iglesia continuará pendiente del “grave asunto”, con la “máxima atención”, para entender las razones de lo que calificó como “crímenes abominables”.

El pontífice “escuchó las preocupaciones” de los obispos irlandeses y de la Curia y examinó con ellos los “traumas” que generó el informe.

El jefe de la iglesia católica prometió indagar inclusive sobre el encubrimiento de las autoridades eclesiásticas, “responsables finalmente del cuidado pastoral de los niños”.

Los obispos irlandeses, quienes celebraron el miércoles una reunió especial, pidieron “perdón” a las víctimas y lamentaron los errores cometidos al encubrir los hechos.

El nuncio apostólico, monseñor Giuseppe Leanza, ha sido criticado duramente en Irlanda después de que el informe revelara que la comisión trató de obtener todos los documentos que tenía el Vaticano sobre los abusos del clero en la principal arquidiócesis de Irlanda, pero “no recibieron respuesta”.

En Irlanda hay una presión creciente para que dimitan los obispos y otras autoridades eclesiásticas mencionadas negativamente en el informe.

Según el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, quien asistió al encuentro, el Papa exhortó a la Iglesia irlandesa a “establecer la verdad de lo que había sucedido, asegurar que se haga justicia para todos, y aplicar medidas que prevengan este tipo de abusos en el futuro, pensando en la curación de las víctimas supervivientes”, dijo.

“Habrá una reorganización muy importante” de la iglesia irlandesa, agregó.

En el comunicado, Benedicto XVI anunció que se une en oración con “las víctimas, las familias y la sociedad en general” en un momento “tan difícil para la vida de la Iglesia”.

El Papa dirigirá una carta pastoral a los católicos irlandeses en la que “responderá con claridad” y explicará las medidas que tomará.

Varios escándalos por sacerdotes pedófilos han estallado en diversos países y en particular en Estados Unidos, donde se puso al descubierto en el 2002 que entre 4.000 y 5.000 sacerdotes abusaron sexualmente de unos 14.000 niños y adolescentes durante décadas.

No se trata de la primera vez que Benedicto XVI pide perdón por los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en sus más de cuatro años de pontificado.

Lo hizo el año pasado durante sus viajes a Estados Unidos y Australia y en abril cuando lamentó públicamente los abusos que la iglesia católica ha cometido contra cerca de 150.000 “indígenas, mestizos y esquimales” de Canadá que sufrieron maltratos y abusos sexuales en orfanatos católicos.