Imagen: Wikimedia Commons

Imagen: Wikimedia Commons

Unos 5 millones de bolivianos elegirán el domingo a un nuevo presidente para dirigir el país en los próximos 5 años y aplicar medidas esenciales para sacar a Bolivia de la pobreza, consulta en la que el actual mandatario, Evo Morales, es cómodo favorito para la reelección.

Morales, un indígena de tendencia socialista, acapara una intención de voto del 55% en los sondeos, frente al 18% del ex militar derechista Manfred Reyes Villa y el 10% del empresario centrista Samuel Doria Medina, sus principales rivales.

El presidente aseguraría la reelección si alcanza el 50% de los votos o en su defecto más de 40% y una diferencia de más de 10% sobre su más inmediato seguidor.

Con un discurso nacionalista, en sus primeros 4 años de gobierno el presidente enfocó sus esfuerzos en dotar al país de una Constitución de corte indigenista, nacionalizar los hidrocarburos y otorgar bonos a niños, ancianos y madres gestantes, además de dar una estabilidad económica elogiada por el FMI y el BID.

A contramano se registra una elevada tasa de desempleo (11%, según datos independientes) y una creciente producción de coca -sector del cual es todavía dirigente-, que alimenta masivamente el narcotráfico, según destacan sus adversarios, quienes también lo acusan de autoritarismo.

Aliado de Cuba y Venezuela, Morales emergió en 2006 con un abrumador triunfo electoral -luego confirmado en un referendo- que puso fin a un período de inestabilidad política en el que cinco mandatarios se sucedieron en la presidencia de Bolivia en cinco años.

A despecho de casi 3 años convulsos en Bolivia -de enero 2006 a fines de 2008- el país llega a las elecciones tras un año de calma política marcada por la hegemonía de Morales y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), que buscan con estas elecciones aumentar su poder.

Una de las claves de esta elección es saber si el presidente logrará los 2/3 de congresistas en el Senado, lo que le daría un control político absoluto.

Otro reto para el mandatario será aumentar su caudal de votos en las regiones del oriente del país (y en particular Santa Cruz) las más ricas y que han sido sus más fieras opositoras.

El tema del control absoluto por parte del MAS preocupa mucho a la oposición, que ya en esta campaña electoral denunció una fuerte persecución estatal y del propio presidente contra los candidatos que enfrentan a Morales, en particular contra Reyes Villa.

Las mesas de votación estarán abiertas a partir de las 08:00 locales (09:00 de Chile) para un funcionamiento ininterrumpido de ocho horas. Por primera vez unos 200.000 bolivianos podrán votar en Argentina, Brasil, España y Estados Unidos, países que albergan el grueso de la migración del país.

Unos 55.000 policías y militares resguardarán la seguridad el día de las elecciones bajo las órdenes del máximo tribunal electoral del país.

Los bolivianos elegirán también a 36 senadores y 130 diputados que formarán parte de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional, que reemplazará al actual Congreso.

También se realizarán este domingo referendos sobre tres niveles de autonomías. Los electores de cinco de las nueve regiones de Bolivia (La Paz, Potosí, Chuquisaca, Oruro y Cochabamba) decidirán si quieren ingresar a un régimen de autonomía departamental.

Las otras 4 regiones (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) están excluidas de este referendo pues ya se pronunciaron en favor de un régimen autonómico en un referendo previo en 2006.

Igualmente electores de doce municipios definirán sobre si desean convertir sus territorios en “autonomía indígena originaria campesina”.

Como medida preventiva, los gobiernos departamentales establecieron prohibiciones de consumo de alcohol y de realizar manifestaciones políticas o portar armas, además de trasladar ciudadanos de un recinto electoral a otro.