Jabulisile, una prostituta sudafricana, está segura que “el Mundial será bueno para los negocios” y espera que la llegada masiva de turistas al país en 2010 para asistir a la competición revitalice una actividad venida a menos, según dice, por el acoso policial.

Para alimentar a sus 2 hijos, esta mujer de 48 años, pequeña pero llena de energía, vende sus servicios en el barrio de mala reputación de Hillbrow, en el centro de Johannesburgo. Cada día se arriesga, igual que sus clientes, a que la detenga la policía ya que la prostitución está totalmente prohibida en el país.

Sin embargo Jabulisile espera que las autoridades le dejarán trabajar en paz durante el Mundial, del 11 de junio al 11 de julio de 2010, para poder acumular un poco de dinero que le permita dejar la profesión.

Pero no lo tendrá fácil para trabajar. A pesar de los llamamientos para despenalizar la prostitución, Sudáfrica podría lanzar “operaciones de limpieza” en varias ciudades del país.

En septiembre, Ciudad del Cabo ya puso en marcha una “brigada antivicio” para para “limpiar” la ciudad de prostíbulos y prostitutas, una medida aclamada por las asociaciones religiosas y de defensa de la familia

“Una interpretación moral o religiosa de este problema no es buena ni para la salud pública ni para los derechos humanos”, asegura Marlise Richter, una investigadora que trabaja con asociaciones de prostitutas. “Cuando la prostitución es invisible es más difícil para las mujeres negociar el uso de preservativos, y esto tiene un gran influencia sobre el sida”, añade.

Sudáfrica tiene el mayor número de seropositivos del mundo (5,7 millones de personas de una población total de 48) y el porcentaje de prevalencia del VIH es de más de 45% entre las prostitutas, según el único estudio publicado sobre el tema en 1998.

Además, considerar la prostitución como un crimen hace todavía más vulnerables a las prostitutas ante los abusos de los clientes, de los proxenetas y de la policía, explica la investigadora.

En 1997 el gobierno revisó la ley de “crímenes sexuales” heredada del régimen racista y puritano del Apartheid y el parlamento abolió el delito de homosexualidad, reforzando las penas por violación y pedofilia.

La Comisión de Reforma de las Leyes, que tiene que entregar un informe en 2011 sobre este tema, no quiso incluir la prostitución en las primeras reformas legislativas. A falta de una nueva normativa antes del Mundial, las prostitutas piden una moratoria durante la competición, pero el gobierno todavía no se ha pronunciado.