Algunas aletas de tiburones vendidas en los mercados de Hong Kong con fines gastronómicos provienen de especies protegidas, descubrieron investigadores estadounidenses cuyo trabajo es publicado el martes en la revista ESR (Investigación sobre especies en vías de extinción).

Recurriendo a sofisticados métodos que implican un análisis médico-legal, como pruebas de ADN, científicos del instituto para la ciencia y protección de los océanos de la universidad estadounidense de Stony Brook determinaron el origen geográfico de este apreciado manjar.

Una cierta cantidad de aletas de tiburón vendidas en la antigua colonia británica provienen así de especies amenazadas, constataron.

Reclaman que las reglas de explotación comercial de los tiburón-martillo y de otras 5 especies sean reforzadas en la Convención sobre el comercio Internacional de las especies de fauna y flora salvajes amenazadas de extinción (CITES) que se desarrollará en marzo de 2010 en Qatar.

“Este comercio existe desde hace años en las sombras”, y “debe dejar de funcionar en secreto”, afirmó Demian Chapman, uno de los principales autores de la investigación.

Los universitarios tomaron muestras del tamaño de una uña a 62 aletas de tiburones compradas en un mercado de Hong Kong. Utilizando luego técnicas aplicadas a la gestión piscícola genética (GSI), descubrieron que aproximadamente 21% de las aletas estudiadas provenían de poblaciones de escualos en peligro y que viven en el oeste del océano Atlántico.

La sopa de aletas de tiburón es considerada un manjar refinado y su precio alcanza los 120 dólares por kilo en los mercados de Hong Kong.