El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó este lunes que considera un derecho de Irán el tener un programa nuclear con fines pacíficos, pero pidió con firmeza a Teherán que colabore en la búsqueda de una “solución justa y equilibrada” al problema.

Lula y el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, mantuvieron este lunes una reunión de más de tres horas en la sede de la cancillería, al final de la cual el mandatario brasileño pidió a Teherán “continuar los contactos con países interesados para (buscar) una solución justa y equilibrada a la cuestión”.

Brasil, dijo Lula, “reconoce el derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos, con pleno respeto a los acuerdos internacionales”, y reforzó que “la no proliferación y desarme nuclear deben andar juntos”.

El mandatario brasileño le recordó a su homólogo iraní que “Brasil sueña con un Medio Oriente libre de armas nucleares, como ocurre en América Latina”.

Lula reforzó que su gobierno “defiende ya desde hace tiempo” que Irán tiene el derecho de desarrollar su programa nuclear para fines pacíficos. “Es simple, tiene ese derecho tanto como Brasil. En Brasil defendemos para nosotros mismos lo que defendemos para otros”, señaló.

Por su parte, Ahmadinejad relató que en el encuentro de tres horas mantenido con Lula le ofreció detalles del programa nuclear iraní, lo puso al corriente de las últimas negociaciones con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), y le aseguró que la solución a la controversia llegará cuando “la otra parte tenga voluntad política”.

El mandatario iraní afirmó que su país aún tiene esperanzas en un acuerdo por su controvertido programa nuclear, pero dejó claro que su gobierno “no aceptará que se ignoren sus derechos legales”.

“La AIEA nos presentó 6 preguntas muy definidas y las hemos respondido todas. No queda pregunta sin responder sobre el programa nuclear de Irán. Hemos cooperado tanto como ha sido posible”, dijo Ahmadinejad, de acuerdo con la traducción al portugués de su discurso en farsi.

“Estamos interesados en comprar combustible (enriquecido a 20%), es nuestra intención fomentar la cooperación y la confianza, pero parece que el otro lado no tiene ninguna voluntad política”, dijo Ahmadinejad, en directa alusión a las potencias que buscan un acuerdo que garantice que Teherán no se dotará del arma atómica.

El enriquecimiento de uranio es objeto desde hace varios años de un forcejeo entre Irán y las seis potencias que llevan este asunto en la AIEA (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia), que temen que Teherán utilice el uranio altamente enriquecido con fines militares. El uranio enriquecido es combustible para bombas atómicas.

En la reunión, Lula y Ahmadinejad conversaron también sobre la situación en Medio Oriente, y en particular las estancadas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

A Ahmadinejad, acérrimo crítico de Israel, Lula le reiteró la convicción del gobierno brasileño de insistir en los esfuerzos para un entendimiento.

Brasil intenta ganar espacio en el escenario diplomático internacional, y entre otras iniciativas, se ha ofrecido como mediador en el Medio Oriente. Lula recibió en espacio de tres semanas a los presidentes de Israel, la Autoridad Nacional Palestina e Irán.

Para Ahmadinejad, “la presencia de Brasil en Medio Oriente puede ayudar a la paz y a la estabilidad. (…) Creemos también que Brasil puede actuar como un eslabón entre Irán y América Latina”.

El discurso de Lula incluyó una defensa de la democracia y los derechos humanos, declaraciones que puede ser interpretadas como una crítica velada a la política interna iraní.

“La política externa brasileña está basada en el compromiso con la democracia y el respeto a la diversidad. Defendemos los derechos humanos y la libertad de elección de nuestros ciudadanos y ciudadanas, con la misma vehemencia con que repudiamos todo acto de intolerancia o de recurso al terrorismo”, dijo Lula.

La visita de Ahmadinejad estuvo precedida de protestas en Brasil por la política iraní en materia de derechos humanos, hacia los homosexuales, y la negación del Holocausto judío por parte del mandatario.

Después de Brasil, Ahmadinejad visitará Bolivia y Venezuela.