El papa Benedicto XVI y el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, jefe espiritual de la iglesia anglicana, matuvieron “conversaciones cordiales”, indica el sábado el Vaticano tras una reunión en un contexto de tensiones entre las dos iglesias.

La entrevista “privada” entre los dos dirigentes religiosos, permitió “estudiar los desafíos a los que se enfrentan todas las comunidades cristianas en este inicio de milenio, y la manera de promover formas de colaboración” para hacerles frente.

La reunión entre el papa y monseñor Williams, prevista desde hace tiempo, es la primera entre los dos dignatarios desde que, el 20 de octubre, el Vaticano anunció la creación de una estructura especial para albergar a los anglicanos deseosos de convertirse al catolicismo.

Centenares de anglicanos de todo el mundo, en especial de Estados Unidos o de Australia — entre ellos sacerdotes casados y una veintena de obispos — podrían integrarse en la iglesia católica, casi 500 años depsués del cisma anglicano de 1534.

La mayoría de éstos son anglicanos tradicionalistas, decepcionados ante la evolución de su iglesia, que ordena mujeres sacerdotes o bendice parejas homosexuales.

Para la prensa británica, esta reunión del sábado corría el riesgo de derivar hacia un “enfrentamiento”.

Se trata de una situación que es “potencialmente la mas explosiva en las relaciones entre católicos y anglicanos desde la Reforma”, afirmó el Times de Londres.