El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, anunció este jueves que impugnará las elecciones programadas para el 29 de noviembre, mientras los militares se entrenan para prevenir el boicot del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado.

“Como Presidente de Honduras, manifiesto que bajo estas condiciones no respaldaré este proceso y procederé a impugnarlo legalmente, en nombre de millares de hondureños y de cientos de dirigentes y líderes que sufren represión y competencia desleal, sin libertad ni dignidad”, dijo un comunicado del gobernante.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) avanza en los preparativos del proceso en el que unos 4,5 millones de hondureños podrán elegir al presidente, tres designados (vicepresidentes), 128 diputados del Congreso y 20 del Parlamento Centroamericano, más 298 alcaldías para el período 2010-2014.

Las Fuerzas Armadas, de unos 12.000 activos y 5.000 reservistas, más la policía, con 14.000 elementos, que pasaron a disposición del TSE el 29 de octubre, se declararon listas para enfrentar el boicot anunciado por los partidarios de Zelaya.

Con la coordinación del jefe del Estado Mayor Conjunto, general Romeo Vásquez, quien dirigió el derrocamiento de Zelaya, las Fuerzas Armadas llevan a cabo entrenamientos para porevenir disturbios en los cantones electorales.

El Departamento de Inteligencia de las Fuerzas Armadas pidió a cada alcalde que identificara a los líderes del Frente en cada uno de los términos municipales para tratar de neutralizarlos, según medios locales.

“Las Fuerzas Armadas están diseminadas en todo el país, para ello existen once regiones militares y cada comandante es responsable de la seguridad de su región y ya tienen consignas y las formas de operar”, advirtió Vásquez a la prensa.

“Están haciendo un barrido a nivel nacional, el reconocimiento y también trabajo de inteligencia para detectar algunos problemas en algunos lados y tratar de encontrar soluciones viales”, añadió el oficial.

El fiscal general, Luis Rubí, llamó públicamente en una entevista radial “a alrededor de 530 fiscales a nivel nacional para que estén vigilantes de los delitos electorales, a fin de que se cumpla realmente lo que la ley electoral establece, (considerando) que quienes infrinjan las disposiciones estamos dispuestos a llevarlos a los tribunales”.

Los miembros del Frente contra el Golpe del 28 de junio que derrocó a Zelaya y sentó en la silla presidencial al conservador Roberto Micheletti han amenzado con boicotear el proceso.

El Frente, que mantuvo una ola de protesas callejeras en la capital, reorientó su estrategia a organizarse en cada uno de los 298 municipios del país para boicotear las elecciones.

En un comunicado, la coordinadora del Frente de Resistencia llamó a una “contracampaña” contra las elecciones y “a todos los candidatos a los diferentes cargos de elección popular identificados con el pueblo en resistencia a retirarse del proceso electoral golpista”.

El ministro de la Presidencia del gobierno de facto, Rafael Pineda Ponce, aseguró que el subsecretario de Estado adjunto estadounidense, Craig Kelly, manifestó preocupación “porque hay algunos brotes de intranquilidad, posiblemente de terrorismo, inspirados y agitados posiblemente por personas que no son necesariamente del gobierno”.

Kelly cerró el miércoles una visita a Tegucigalpa para empujar el acuerdo de solución pacífica a la crisis y manifestó su apoyo a las elecciones en un cambio de política de Estados Unidos, que originalmente se oponía al proceso llevado a cabo por el gobierno de facto.

“Una parte importante de la solución para avanzar hacia el futuro son las elecciones hondureñas”, indicó Kelly en una declaración a la prensa.