El sacerdote católico guatemalteco Miguel Ángel Hernández Salazar, asignado a una parroquia de Ocotepeque, Honduras, fue localizado muerto este martes en un hotel de la ciudad religiosa de Esquipulas (este), luego de estar secuestrado por tres días, informó la policía.

El cadáver del religioso presentaba heridas de arma blanca y fue identificado en la la morgue de Chiquimula por frailes capuchinos, la orden a la que pertenecía, indicó a la AFP un portavoz de la Policía Nacional Civil.

Hernández fue secuestrado el pasado fin de semana cuando del municipio de Quezaltepeque se dirigía a la ciudad de Chiquimula, unos 170 km al este de la capital.

Hernández frecuentaba el municipio de Quezaltepeque porque llegaba con regularidad a impartir misa debido a la proximidad de ese poblado con la frontera con Honduras.