A pocos días de que comience la discusión presupuestaria en el Congreso Nacional, se avizora que ese debate será intenso, principalmente porque esos recursos que destinará el actual Gobierno serán manejados por la administración que llegue a La Moneda en marzo del próximo año.

Por ello, y dando muestras de triunfalismo, el abanderado de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera, pidió al Gobierno que el proyecto de ley entregue los recursos suficientes para financiar las medidas que él ha ido enumerando durante la campaña y que forman parte de su programa de gobierno.

Piñera calculó que para mantener la política fiscal de balance estructural, el aumento del gasto público debe ser cercano a los 1.800 millones de dólares durante el próximo año, de los cuales 1.000 millones de dólares los destinaría a dar inicio a nuevos programas sociales que den prioridad al combate de la pobreza y la delincuencia, además de mejorar la calidad de la salud, la educación y la vivienda.

Refiriéndose de manera indirecta al abanderado de la Alianza, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, declinó entregar detalles de su último presupuesto, pero adelantó que se enfocará en reactivar la economía e impulsar la cohesión social.

El vocero de la Concertación y presidente del Partido Radical, José Antonio Gómez, calificó como populista la petición realizada por Piñera. Mientras que el timonel del Partido Socialista, Camilo Escalona, criticó el exceso de optimismo del candidato de la Coalición por el Cambio, ya que a juicio del senador oficialista, Piñera perderá la elección.

Las críticas concertacionistas también apuntaron a la relación de Piñera con los negocios, en su calidad de candidato empresario.

Informe de Juan Eduardo Hernández.