La defensa de Francisco Schwartz recurrió a la Corte Suprema indicando que en el proceso no se probó que las recetas emitidas por el profesional fueran entregadas a pacientes que no necesitaban el medicamente Cidrin.

Sin embargo, el máximo tribunal consideró que los argumentos de la defensa no demostraban que los tribunales de primera y segunda instancia hubiesen aplicado erróneamente el derecho, y por ello ratificó la dura sentencia para el medico por vender recetas para adquirir psicotrópicos.

El año 2001 la policía de investigaciones detuvo a Francisco Schwartz Gajardo, médico general que tenía una consulta en Talcahuano.

Los cargos fueron graves, el primero fue porque vendía en $25.000 recetas para adquirir Cidrin, un psicotrópico que es prescrito para personas con problemas psiquiátricos, pero que además tiene efectos similares a la cocaína. Pero no solo eso, sino que además tenía en su consulta cerca de 26.000 dosis del medicamento, el cual entregaba a su cómplice, Luis Morales Meza, para que lo vendiera a poblaciones en $5.000.

El médico fue condenado por el tercer juzgado del crimen de Concepción y luego por la Corte de Apelaciones penquista a 10 años de cárcel, con la prohibición ejercer profesionalmente mientras durara la sentencia.

A su cómplice en tanto, primero se le aplicó una pena de cinco años y un día, pero luego le fue rebajada a 541 días.