A un año del estallido de la crisis mundial, los líderes de las principales economías industrializadas y emergentes llegan el jueves a Pittsburgh, en el noreste de Estados Unidos, para intentar ponerle fin a la recesión.

Luego de las cumbres de Washington en noviembre de 2008 y de Londres en abril, el G20, que reúne a los países más industrializados del mundo y a las grandes economías emergentes como Brasil, China y Rusia, tendrá en Pittsburgh la tercera reunión desde que estalló la crisis global en setiembre del año pasado.

Los jefes de Estado y de gobierno convocados llegan en un contexto menos crítico, con la recuperación de los índices bursátiles y la desaceleración de los recortes de empleos que permiten esperar para el año próximo la reanudación del crecimiento en la mayoría de sus países.

Pero los economistas se preguntan sobre la solidez de la reactivación y de las instituciones financieras, a un año de la quiebra del banco Lehman Brothers el 15 de setiembre de 2008.

Los participantes podrán hacer un balance de sus anteriores reuniones, en particular sobre el progreso obtenido en el combate a los paraísos fiscales. En ese sentido, falta aún consolidar la reforma de la supervisión del sector financiero, que genera tensiones entre europeos y estadounidenses.

El jueves, los líderes de la Unión Europea reunidos en Bruselas decidieron presionar a Estados Unidos para obtener reglas más estrictas de control sobre las polémicas primas bancarias.

Con inacostumbrada celeridad, los 27 europeos acordaron lidiar en Pittsburgh una batalla para poner coto a las primas exorbitantes que los banqueros perciben por operaciones a menudo especulativas y de beneficios inmediatos, a lo que Washington se resiste.

De su lado, los norteamericanos pretenden aumentar las exigencias en materia de fondos propios de los bancos, lo cual inquieta a los del otro lado del Atlántico.

Con el mejoramiento de la coyuntura, algunos temen que los financistas vuelvan a caer en los errores que condujeron a la crisis.

Además de la crisis, los líderes del G20 discutirán sobre cambio climático, con vistas a la reunión de Copenhague en diciembre, cuando se fijarán nuevas metas de reducción de emisiones contaminantes. Deberán abordar la financiación internacional del combate al calentamiento global a causa de los gases con efecto invernadero.

Los países pobres esperan ayuda de los del norte, y esperan que la cita de Pittsburgh se cierre con señales positivas en ese sentido.

La cumbre del 24 y 25 de setiembre en Pittsburgh, Pensilvania (noreste), será el primer gran encuentro internacional que presida el mandatario estadounidense, Barack Obama, quien se encuentra en su propio país bajo fuerte presión con respecto al calentamiento global y a las reglas en Wall Street.

El G20 reúne a Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.

Aunque Obama será el anfitrión de la cumbre de Pittsburgh, Gran Bretaña presidirá hasta fin de año el G20, bloque en el que también figura España como invitada.

(AFP)