En su 25 aniversario, la London Fashion Week celebra “lo británico” con el regreso de varios de sus hijos pródigos, pero esta creativa pasarela no sería igual sin la contribución de los numerosos extranjeros que crean y desfilan aquí, entre ellos varios brasileños.

Al menos el 50% de los diseñadores incluidos en el programa oficial de la semana londinense nacieron en el extranjero, como el italiano Kinder Aggugini o el hongkonés John Rocha, cuyos desfiles causaron sensación este sábado.

“La moda londinense ahora crece con una mezcla de una docena de nacionalidades que viven y trabajan aquí”, escribió en las páginas de The Observer Sarah Mower, una reconocida cronista de moda británica que colabora, entre otras, con las ediciones británica y estadounidense de Vogue.

“Sorprendentemente, también empiezan a trabajar con fábricas británicas que producen unas cosas exquisitas”, agregó.

Brasil es uno de los países mejor representados en esta legión de diseñadores “londinenses” extranjeros, con Bruno Basso, del tándem Basso and Brooke, Inacio Clements, del matrimonio Clements Ribeiro, y Daniella Helayel, de Issa of London, así como Sergio Pires, uno de los dos creadores detrás de la prometedora marca Romeo Pires, que se presentará en la sección “off”.

Pero también hay españoles, como Emilio de la Morena, turcos, austriacos, serbios, indios y franceses.

El origen de este fenómeno hay que buscarlo en el atractivo que ejerce la siempre innovadora capital londinense para los extranjeros, y en particular sus prestigiosas escuelas de diseño, como el London College of Fashion o el Saint Martins College of Art & Design.

“Empieza en nuestras universidades, que actúan como un imán para estudiantes venidos de todo el mundo, porque Londres es una ciudad muy cosmopolita y es un lugar que inspira mucho creativamente. Y luego muchos de ellos crean sus empresas aquí”, explica Simon Ward, codirector ejecutivo del Consejo de la Moda Británico (BFC, en sus siglas en inglés).

Kinder Aggugini y John Rocha son dos excelentes ejemplos. El siciliano, que trabajó durante años a las órdenes de John Galliano, Vivienne Westwood o Versace, presentó una elegante colección para la próxima primavera/verano casi de alta costura, inspirada en el lado más oscuro de los cuentos de hadas.

Aunque sólo es su segunda temporada en la pasarela londinense, sus coloridos vestidos, fruto de una atrevida combinación de tejidos y estampados -en los que no faltan sus tradicionales topos- fueron los más comentados de la jornada.

La propuesta de Rocha, uno de los más veteranos en la capital británica, es una pura obra de artesanía en tonos blancos y negros. Lo más espectacular es el original tratamiento que el hongkonés afincado en Irlanda le da al punto de ganchillo, endureciéndolo para crear vestidos y faldas esculturales, aunque sumamente transparentes.

Su obsesión por las texturas le lleva también a superponer a sus prendas pequeñas piezas de seda que les imprimen un increíble movimiento, un poco como si estuvieran hechas de plumas.

Junto a ellos desfilaron también en esta segunda jornada el canadiense Mark Fast y la griega Mary Katratzou, considerados como dos de los principales talentos emergentes de esta capital de la moda que, aunque en términos económicos llega detrás de París, Milán o Nueva York, presume de ser la primera en creatividad e innovación.

Y la pasarela de Londres, que según Ward es “una ecléctica mezcla con influencias que provienen de todas partes”, los va a seguir acogiendo.

“No estamos tratando de atraer talentos de otras capitales (…) pero cuando los diseñadores extranjeros quieren presentarse aquí obviamente los recibimos, porque esto es exactamente lo que es Londres”, concluyó Ward. (AFP).