El anuncio el miércoles de la marcha del director general de Renault F1, Flavio Briatore, y de su brazo derecho Pat Symonds por las acusaciones de fraude en el Gran Premio de Singapur de 2008 ponen al constructor contra las cuerdas y le auguran un futuro más incierto que nunca.

Los interrogantes rodean a la escudería desde hace tiempo y en especial desde el comienzo de esta temporada. Pero hasta ahora Briatore se había limitado a rechazarlas una por una, exasperado.

“Todo el mundo se pasa el día hablando de Renault cuando los otros tienen más problemas que nosotros. Nadie preguntó a Honda si se quedarían. Y al final se fueron”, contestaba en enero, molesto, a los periodistas, un mes después del anuncio de la retirada de la marca japonesa.

“Llevamos 5 años diciendo que hay que reducir costes. Renault nunca malgastó el dinero. Las presentaciones fenomenales, los fuegos artificiales, no van con nosotros. Nunca he tenido problemas de presupuesto con Renault”, explicaba el italiano.

En un contexto de crisis económica mundial, la financiación es algo fundamental para una escudería de Fórmula 1. En el caso de Renault, para asegurarse un lugar entre los grandes, tiene que gastarse cada año entre 200 y 300 millones de euros.

Una cantidad muy difícil de justificar en una empresa que, aunque tuvo 599 millones de beneficios en 2008 (un 80% menos que el año anterior), perdió 2.700 millones en el primer trimestre de 2009.

Sólo unos buenos resultados deportivos habrían podido justificar la apuesta de Renault por la Fórmula 1, que sigue siendo, con 600 millones de espectadores, su principal inversión en comunicación. Las victorias de Fernando Alonso en 2005 y 2006 dieron a la marca un gran renombre mundial.

Pero en los 2 últimos años la escudería franco-británica, con la sede dividida entre Viry-Châtillon, en las afueras de París, y Enstone, cerca de Oxford, está de capa caída.

En 2008 la temporada fue complicada, a pesar de la victoria de Alonso en Singapur (tras el oportuno accidente de Nelsinho Piquet) y de su éxito en el Gran Premio de Japón.

En 2009 Renault tenía la esperanza de acercarse al título pero las cosas no están yendo bien. Tras trece carreras, Alonso se sitúa en un mediocre décimo lugar en la clasificación de pilotos, a 60 puntos del líder Jenson Button (Brawn GP). En el mundial de constructores, Renault es octavo de diez, a 126 puntos de Brawn GP.

A estos malos resultados se añade la marcha de Alonso, que al parecer se irá a Ferrari a finales de año. El banco Santander, que siempre apoyó al español, financiará a la ‘Scuderia’ con 40 millones de euros a partir de 2010 y durante 5 años. Una cantidad que cubre el sueldo del piloto.

La continuidad de Renault F1 en el campeonato dependerá de la próxima reunión del Consejo Mundial de la FIA, el 21 de septiembre.

Si la marca francesa queda excluida o es condenada a pagar una multa muy elevada (en 2007 McLaren-Mercedes tuvo que pagar 100 millones de euros por haber espiado a Ferrari) es muy probable que se retire definitivamente. (AFP).