En el palacio de La Moneda, la presidenta Michelle Bachelet firmó el decreto de televisión digital, siendo elegida la norma japonesa ISDB-T MPEG4.

La norma, adaptada en sociedad con Brasil, ya fue seleccionada por países vecinos como Perú y Argentina, mientras que Venezuela manifestó su interés en adoptarla.

Durante varios meses, nuestro país realizó una serie de estudios para analizar la norma que Chile ocupará, y que permitirá el acceso a canales de todo tipo, una mayor cantidad de emisiones y una mejor calidad en la recepción de imágenes.

“Es la opción tecnológica que más conviene a Chile porque permite la mejor calidad de recepción, dadas las condiciones geográficas del país. Hace posible que se capte la televisión abierta gratuita en celulares, así como desplegar la alta definición y una mayor diversidad de canales, beneficiando a los televidentes”, informó en un comunicado la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel).

En Chile más del 65% de los hogares tiene acceso sólo a televisión abierta y no a televisión por cable. “Con la implementación de la TV digital mejorará sustancialmente la calidad de imagen y sonido que se recibe en las casas, además de posibilitar a futuro el acceso progresivo a nuevos servicios y aplicaciones interactivas”, afirmó la Subtel.

Existen 3 grandes normas dentro de la nueva tecnología de televisión digital: la estadounidense Advanced Television Systems Comitee (ATSC), la europea Digital Video Broadcasting and Terrestrial (DVB-T) y la japonesa Integrated Services DigitalBoadcasting (ISDB) que se ha ganado la preferencia de la mayoría de los países sudamericanos, a excepción de Colombia y Uruguay que optaron por la norma europea.

En el caso de la norma japonesa ISDB, sus beneficios son la recepción inmediata de televisión en teléfonos móviles, sin necesidad de equipamiento adicional o pagos. También es la norma mejor formulada para recibir imagen en alta definición, cuando esté disponible por parte de la estación televisora.

Un punto no menor para seleccionar la norma es estratégico: al unirse a países como Brasil, Argentina y Perú, se amplia un mercado común audiovisual tanto de producciones televisivas como en venta de equipamiento, con posibilidad de establecer industrias locales de tecnología apoyadas con capitales nipones.

Sin embargo la norma también tiene puntos polémicos. Los adaptadores necesarios para convertir los modelos actuales de televisores son en promedio 8 veces más caros que los de norma europea (90 mil contra 16 a 25 mil pesos), aunque los receptores japoneses son capaces de grabar programas e incluso acceder a Internet.

De igual forma la norma japonesa tiene incorporado sistemas de protección de contenidos digitales que permiten a la estación televisiva decidir qué programas pueden ser grabados o cuántas veces, estableciendo una especie de sello digital.

La calidad de la imagen también es un factor variable. En los lugares donde la recepción de señal es buena a intermedia, la TV digital permitirá un aumento notable en la calidad. Sin embargo en los lugares más alejados donde actualmente se capta la señal de forma irregular, significará simplemente perder todo tipo de señal.

A partir de ahora queda pendiente definir los plazos del “apagón analógico”, es decir, el plazo que se fijará para reemplazar la totalidad de los aparatos y equipos en el país, cesando las transmisiones análogas. Un proceso que en otros países ha tomado entre 5 a 10 años para completarse.