Japón, país sin recursos naturales pero puntero en tecnología, ambiciona construir una central solar espacial que envíe energía a la Tierra mediante rayos láser o microondas.

Al término de una licitación lanzada este verano, el Estado japonés designó esta semana a las empresas y organismos que deberán desarrollar este dispositivo futurista que los poderes públicos califican de esencial.

El objetivo, para 2030, es poner en órbita geoestacionaria (a 36.000 kms. de la Tierra) un artefacto equipado con numerosos paneles fotovoltaicos que conviertan la energía solar en electricidad, con una capacidad anual de cinco a 10 veces superior a los paneles utilizados en tierra.

Esta electricidad se transformará a su vez en flujos energéticos transmitidos por haces o microondas hasta a la Tierra, donde serán captados por una antena parabólica gigante que los volverá a convertir en electricidad.

“Como se trata de una forma de energía limpia e inacabable, pensamos que este sistema puede contribuir a resolver los problemas de insuficiencia energética y del calentamiento de la Tierra debido a los gases de efecto invernadero”, explican los investigadores de Mitsubishi Heavy Industries (MHI), grupo diversificado especialista en técnicas aeroespaciales.

“La luz del sol abunda en el espacio”, recuerdan.

Este gigantesco desafío científico e industrial dirigido por la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) parece salido de la ciencia-ficción, pero Japón lleva investigando desde 1998. Unos 130 investigadores, dispersos en una docena de grupos de trabajo, participan en el proyecto, un número que debería crecer.

Los ministerios de Economía, de Comercio y de la Industria (METI) y de Ciencias y Técnicas (MEXT) confiaron el 1 de septiembre el desarrollo del proyecto a MHI y al Instituto de Investigación de Dispositivos Espaciales Inhabitados, que reagrupa a 17 sociedades, entre ellas los grupos de electrónica Mitsubishi Electric, NEC, Fujitsu y Sharp. (AFP)