Michael Jackson tenía “niveles letales” del poderoso anestésico propofol cuando murió de un paro cardiaco hace dos meses, indicaron documentos divulgados el lunes por la prensa estadounidense mientras las autoridades rechazan confirmar si habrá acusación de homicidio.

En la orden emitida para investigar consultorios, farmacias y residencias en Houston (Texas, centro) presuntamente relacionadas con la investigación de la muerte del ‘Rey del pop’, se reveló que un investigador del Instituto de Medicina Forense de Los Angeles dijo que “los resultados toxicológicos preliminares que revisó y la evaluación preliminar de las causas de la muerte de Jackson se debió a niveles letales de propofol (Diprivan)”, reveló el documento.

En las órdenes de allanamiento que se efectuaron en julio en Las Vegas (Nevada, oeste) las autoridades mencionaron que buscaban “evidencias de homicidio sin premeditación” de este caso que investiga el departamento de homicidios del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD).

Sin embargo ni el LAPD ni el Instituto de Medicina Forense de Los Angeles han confirmado que tratan este caso como un homicidio.

En la orden de allanamiento y declaración jurada del doctor Conrad Murray a la policía de Los Angeles (LAPD) publicada el lunes, se detalló por primera vez que el médico de Jackson había confesado en sus interrogatorios que estaba tratando desde hacía seis semanas los problemas de insomnio del músico.

El cardiólogo habría admitido que inyectó primero 50 miligramos de Propofol y luego fue bajando la dosis sucesivamente.

Cuando redujo al dosis a la mitad, 25 miligramos, el médico decidió mezclar el tratamiento con Lorazepam y Midazolam, otros sedantes fuertes, según documentos judiciales publicados por varios medios locales el lunes.

“Murray indicó que Jackson estaba muy familiarizado con la droga y se refería a ella como la ‘leche’”, escribió en la declaración jurada firmada por el detective del LAPD Orlando Martinez.

Según los documentos, Murray decidió descontinuar el suministro de Propofol mezclado con otros sedantes dos días antes de que Jackson colapsara a los 50 años de un paro cardiaco en su mansión alquilada de Beverly Hills, oeste de Los Angeles.

Pero el día que Jackson murió, las quejas de insomnio del cantante le habrían hecho cambiar de parecer al médico, según la declaración jurada.

Murray dijo a la policía que el 25 de junio a la 01H30 de la madrugada en Los Angeles (08H30 GMT) le dio Valium al cantante ya que no podía conciliar el sueño y, como no le hizo efecto, media hora después decidió inyectarle Lorazepam.

A las 03H00 de la madrugada (10H00 GMT) seguía sin poder dormir y entonces le facilitó Midazolam, pero estos sedantes no surtieron efecto en el músico.

Fue entonces cuando, atendiendo un pedido del propio Jackson, el cardiólogo le inyectó 25 miligramos de Propofol a las 10H30 de la mañana (18H30 GMT), unas dos horas antes de que colapsara en la casa.

Tras la inyección de Propofol, Jackson logró dormir y el medico se ausentó un momento para hacer unas llamadas telefónicas. Cuando regresó a la habitación el cantante no estaba respirando, intentó reanimarlo, llamó a los paramédicos, fue trasladado al hospital de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y allí fue declarado muerto.

Aunque Murray reconoció ante la policía haber administrado Propofol, las autoridades no han encontrado evidencias de que el médico haya comprado, ordenado u obtenido la medicación haciendo uso de su licencia médica o su identificación de la Agencia Antidroga (DEA).

Sin embargo los detectives decomisaron ocho botellas de Propofol de la casa de Jackson entre otros sedantes recetados por el cardiólogo Murray, el dermatólogo Arnold Klein y el doctor Allan Metzger, indicó Los Angeles Times.