Las oficinas de voto para la elección presidencial en Afganistán, la 2º en la historia del país, y los comicios provinciales, abrieron sus puertas este jueves, constató la AFP.

Unos 17 millones de afganos están registrados para votar, desde que fue derrocado el régimen de los extremistas talibanes tras la invasión liderada por Washington en 2001 luego de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.

Los comicios se desarrollan bajo la amenaza de los rebeldes talibanes.

Estos últimos días, los insurgentes intensificaron sus ataques, en particular en el corazón mismo de Kabul, en donde se desplegó este jueves por la mañana un impresionante dispositivo de retenes policiales con cacheos a la población y registro de vehículos.

Unos 300.000 miembros de las fuerzas de seguridad, afganas y extranjeras, fueron declarados en alerta máxima.

“Los colegios electorales abrieron, o abrirán dentro en 5 minutos. Previmos abrir 6.700. Todo el material para la votación ya llegó”, aseguró a la AFP Noor Mohamad Noor, vocero de la Comisión Electoral Afgana (IEC).

En Kabul, unas decenas de personas esperaban la apertura delante de varias oficinas de voto, constató la AFP. Algunos de los primeros electores tuvieron que pasar a través de un detector de metales antes de ingresar.

“Es la 2º vez que voto ya que es la única manera de traer paz al país”, declaró Noor Amin, de 22 años, empleado de una empresa.

Los colegios electorales abrieron a las 7:00 locales (22:30 del miércoles en Chile) y cerrarán a las 16:00 horas (7:30 del jueves en Chile).

Los electores deberán elegir presidente entre 41 candidatos. Se eligen también los 420 escaños de los 34 consejos provinciales, parlamentos locales encargados de las relaciones entre el gobierno de Kabul y la población, entre 3.196 aspirantes.

Auspiciado por esta coalición liderada por Estados Unidos a finales de 2001, Hamid Karzai, elegido presidente en 2004, sigue siendo el favorito para las presidenciales, aunque su ex ministro de Relaciones Exteriores Abdulá Abdulá, podría obligarlo a disputar una segunda vuelta.

Estas son las terceras elecciones desde la caída de los talibanes a fines de 2001, luego de la presidencial de 2004 y las legislativas y provinciales de 2005.

Los insurgentes islamistas amenazaron con atacar los centros de votación este jueves, denunciando una “impostura orquestada por Estados Unidos”, país que encabezó la invasión de 2001 y que tiene desplegado en Afganistán dos tercios de los 100.000 militares extranjeros.

Aunque no rivalizan en número con las fuerzas afganas y extranjeras, los rebeldes pueden, mediante sus ataques, asustar a los votantes y fomentar una alta abstención que desacreditaría los comicios.

En un país devastado por más de 30 años de guerra y con tradiciones poco democráticas, las eventuales compras de votos y manipulaciones de listas electorales también son una amenaza.

Pero numerosos afganos interrogados por la AFP consideran estas elecciones, signo de cierta estabilización política, como un avance democrático.

Unos 250.000 observadores (10% de ellos independientes, incluyendo a 400 internacionales) fueron movilizados para garantizar la transparencia del escrutinio.

Las elecciones son una prueba crucial para esta democracia instalada por las fuerzas extranjeras.

(AFP).