Cuando este jueves parecía un día especial para el jamaicano Usain Bolt, que busca en 200 metros su segundo oro en el Mundial de Atletismo de Berlín, la verdadera protagonista de la jornada era la sudafricana Caster Semenya, oro el miércoles en 800 metros, y las dudas sobre su feminidad.

Las actuaciones de los atletas pasaron a ser una anécdota este jueves y por primera en la zona de entrevistas en la que se mezclan deportistas y periodistas tras los pruebas, el tópico ya no eran las hazañas de Bolt sino las dudas sobre el sexo de la sudafricana.

La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) se ha visto obligada a iniciar una investigación sobre la joven de 18 años, que puede durar semanas.

Mientras varios atletas pasaban por la sala de prensa tras haber participado, una televisión alemana se olvidaba de los deportistas y entrevistaba a un periodista blanco de un diario sudafricano. “¿Piensa que Semenya es un hombre?”, le preguntaban.

Esa era la cuestión del día. Casi nadie se preocupaba si Bolt podía batir o no el récord del mundo de 200 metros, como hizo el sábado en 100 metros (9.58).

Las marcas de Semenya comienzan a despertar más interés que las de Bolt. Las sospechas con respecto a su género surgieron no sólo por su aspecto, sino porque este año, en los campeonatos africanos, rebajó en siete segundos su marca personal en 800 para dejarla en 1:56.72, la mejor del mundo este año.

Hasta su propio entrenador, Michael Seme, se da cuenta de que las dudas sobre su sexo son comprensibles, tras las experiencias que ha vivido con la atleta.

“Puedo darles el número de teléfono de sus compañeras de habitación en el Mundial de Berlín. Ellas ya la han visto desnuda en las duchas y no tiene nada que esconder”, afirma cuando le preguntan los periodistas sobre su protegida.

El mismo Seme contó que Semenya intentó ir a los baños de señoras recientemente en un gasolinera de Ciudad del Cabo, y los empleados le señalaron el de hombres.

“Caster se rio y preguntó si tenía que bajarse los pantalones para mostrar que es una mujer. Entendemos que la gente haga preguntas porque parece un hombre. Es una reacción natural y es humano ser curioso”, añadió.

Su musculatura, el vello facial y la apariencia general de la atleta hacen que la IAAF se haya obligado a iniciar pruebas que pueden durar semanas y que si demostraran que es un hombre implicarían su descalificación y la devolución de la medalla.

(AFP).