El presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, calificó los recientes asesinatos de activistas pro derechos humanos en el Cáucaso ruso de crímenes “políticos”, con el objetivo de desestabilizar la ya conflictiva región.

El comentario de Medvedev se produce tres días después de que la jefa de una organización rusa de ayuda y su marido fueron secuestrados y, posteriormente, asesinados en Chechenia.