“Mi dopaje, es mi entrenamiento y mi fe“: la etíope Almaz Ayana, que acaba de batir el récord del mundo de 10.000 metros, una marca que levantó sospechas, respondió con una sonrisa a las dudas que rodean su actuación del viernes en los Juegos Olímpicos de Rio.
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Preguntada sobre qué pensaba sobre esas dudas que plantea un registro que superó en más de catorce segundos, un récord que databa de 1993, Ayana, cuyas palabras fueron traducidas al inglés por un responsable de su federación, no esquivó la cuestión.
“Tengo tres cosas que decir”, señaló. “La primera es que me he entrenado específicamente para los 10.000 metros, la segunda es que rezo mucho y Dios me da todo. Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe. Y la tercera es que estoy limpia como el cristal”, tradujo el responsable.
La etíope Almaz Ayana, de 24 años, ganó el oro de 10.000 metros, mejorando netamente el récord de mundo, que databa de 23 años, rebajándolo en 14 segundos, con un tiempo de 29 minutos, 17 segundos y 45 centésimas, este viernes en el debut de las pruebas de atletismo en Rio.
La atleta con la respectiva foto tras su increíble récord