Parlamentarios y alcaldes de oposición criticaron el pago del Ministerio de Hacienda de $131 mil millones por concepto de deuda hospitalaria y piden que se transparente el origen de los fondos.

Críticas desde la oposición generó la transferencia de 131 mil millones en una sola cuota que hizo la semana pasada el Ministerio de Hacienda al Ministerio de Salud para pagar el total de la deuda hospitalaria del año pasado.

La deuda de arrastre se genera por la compra de bienes y servicio de consumo efectuada por los hospitales de todo el país y que fue pagada por Hacienda.

El hecho levanta dudas porque para muchos, la alta deuda es reflejo de una mala gestión del Ministerio de Salud y su pago no se traduce en una mejora en la calidad de las atenciones.

La diputada independiente, Karla Rubilar, representante de Chile Vamos en materia de Salud, aseguró que el hecho demuestra el descontrol con el que opera la cartera y llamó a Hacienda a transparentar el origen de los dineros.

El año pasado, entre enero y septiembre, el déficit operacional creció desde los $72 mil millones a un peak de $246 mil millones, que contrasta con el cierre de 2013, cuando se registraba una deuda de $62 mil millones.

La inyección de Hacienda viene a demostrar que sí cuenta con los recursos para invertir en salud y no como lo dijo el ministro Rodrigo Valdés durante la discusión del presupuesto para el 2016, donde se negoció la construcción de hospitales con la óptica de la austeridad.

Así lo cree el alcalde de Puente Alto, German Codina, quien pidió que se inicie de una vez por todas la construcción del nuevo hospital Sótero del Río, en la comuna más poblada de Santiago.

El diputado del PS, Juan Luis Castro, aseguró que con la inyección de Hacienda, permitirá dejar en 100 mil millones la actual deuda hospitlaria.

Con los $131 mil millones el déficit total de los recintos asistenciales públicos en 2015 alcanzó los $410 mil millones, que fue la cifra final que debió cubrir Hacienda a través de sucesivos aportes efectuados el año pasado. Y también se trata de un monto similar a los que costaron, en su minuto, los hospitales concesionados de Maipú y La Florida.